2.2

105 19 4
                                    

—Sección—

El vasto patio se despliega ante mis ojos, una réplica exacta de lo que he visto en los mapas de los archivos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El vasto patio se despliega ante mis ojos, una réplica exacta de lo que he visto en los mapas de los archivos. Es enorme, con capacidad suficiente para albergar cómodamente a mil jinetes. La estructura recuerda la forma de una gota, con ángulos pronunciados que le dan un aire impresionante. Alrededor de su sección curva, una muralla exterior de más de tres metros de grosor protege todo el lugar, mientras que a ambos lados se extienden pasillos de piedra que completan el imponente conjunto arquitectónico.

Mientras observo todo, el sonido de la campana resuena, marcando el final de una etapa. El último cadete ha cruzado el parapeto y, por suerte, justo en ese momento, mi melliza aparece. Junto al último cadete, tres jinetes se acercan, entre ellos Xaden. No puedo evitar notar su presencia.

El comandante Paneck toma la palabra, su tono autoritario llenando el aire.

—Trescientos uno de ustedes sobrevivieron al parapeto para convertirse en cadetes el día de hoy. Buen trabajo. Sesenta y siete no lo lograron.

El eco de su voz me golpea con fuerza. Sesenta y siete muertes.

—Escuché que ese puesto es solo una punta de lanza para él —susurra Tara, la chica de Morraine que se nos unió antes—. Quiere el trabajo de la general Sorrengail y luego el del general Melgren.

El nombre de Melgren me eriza la piel. El general comandante de todas las fuerzas de Navarre, siempre observándonos con esos ojos malvados que me han incomodado cada vez que nos hemos cruzado en el campo de entrenamiento.

—¿Del general Melgren? —pregunta Rhiannon, frunciendo el ceño.

—No lo conseguirá —responde Violet, con determinación.

—El sello que le da su dragón a Melgren es la capacidad de ver cuál será el resultado de una batalla antes de que se lleve a cabo —explico, mi mente ya trabajando a mil por hora. Eso es una ventaja increíble. Es uno de los mejores sellos, porque te permite predecir cualquier cosa y, por lo tanto, te da una ventaja estratégica para contrarrestar.

El comandante Paneck toma la palabra de nuevo.

—Como dice el Código, ¡ahora comenzará lo difícil! Sus superiores los pondrán a prueba, sus compañeros los cazarán y sus instintos los guiarán. Si sobreviven a la Trilla, y si son elegidos, serán jinetes. Y ya veremos entonces cuántos de ustedes logran graduarse.

Las palabras resuenan en mi cabeza. Solo uno de cada cuatro cadetes llegará vivo a la graduación. Las estadísticas no mienten, pero aún así, todos aquí estamos convencidos de que tenemos lo necesario para unirme a la élite de Navarre: los jinetes de dragón.Cosa que yo siempre he querido ser.

—¡No se mueran! —Termina Paneck, con una sonrisa burlona. Buena motivación, sin duda.

Una nueva voz resuena en el patio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

alas de niebla y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora