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-Parapeto-

Esto debía ser una broma

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Esto debía ser una broma.

El cielo, gris y cargado, decide finalmente desbordarse en una lluvia torrencial, empapando todo a nuestro alrededor. Las gotas caen como pequeñas dagas, enfriando el aire y cubriendo el parapeto con una peligrosa capa de humedad. No puedo evitar alzar la vista y maldecir en silencio. Por supuesto que esto es obra de mi madre. Es su manera de recordarnos que nada en esta vida será fácil, que incluso los pasos más pequeños pueden matarnos si no estamos preparados.

Rhiannon ya ha salido al parapeto, moviéndose con cuidado bajo el peso del agua y el viento. Mi hermana está justo delante de mí, con una mezcla de nerviosismo en su rostro. Sé lo que está pensando, lo que todos piensan: una simple caída y no habrá segunda oportunidad.

Siento los ojos de Xaden Riorson clavados en mí, como si analizara cada uno de mis movimientos.

—Recuerda, hermanita —le digo a mi melliza con un tono firme para enmascarar mi propia tensión—. Mantén los ojos fijos en las piedras frente a ti y no mires hacia abajo. Yo te estaré vigilando desde atrás.

Ella asiente, apretando los labios, y me dedica una mirada agradecida antes de dar su primer paso.

—Gracias —susurra.

Mi corazón late con fuerza mientras la observo avanzar. Su figura pequeña parece aún más frágil bajo la lluvia, pero sus pasos son constantes, cuidadosos. Mis nervios no son solo por mí misma, sino por ella. No puedo soportar la idea de que algo le pase.

—Nombre —me dice un jinete con una libreta, su tono monótono.

Mi atención vuelve al presente. Miro al chico que me ha hablado, empapado como todos nosotros, pero expectante.

—Velaris Sorrengail —digo con firmeza. Puedo ver cómo sus ojos se agrandan ligeramente, igual que los del tipo que anotó a Violet. Decido cortar cualquier posible pregunta antes de que la haga—. Sí, también soy una de las hijas de Lilith. ¿Ahora me dejas pasar?

El jinete se hace a un lado, sus palabras mueren en su garganta. Camino hasta el borde del parapeto y respiro hondo, sintiendo la humedad del aire y el rugido del viento. Antes de dar el primer paso, me vuelvo hacia Xaden. Ahí está, sus ojos oscuros aún clavados en mí.

Sonrío de forma burlona antes de dar el primer paso.

El primer paso sobre el parapeto es el más difícil. El viento me golpea con fuerza, como si tratara de arrancarme de mi lugar. Bajo la vista y el puente estrecho parece aún más delgado bajo mis botas empapadas. No mires abajo, me digo a mí misma, pero no puedo evitarlo; el abismo oscuro y profundo me llama con un vacío que parece infinito. Un escalofrío me recorre la columna.

Esto debía ser una broma, pienso de nuevo mientras la lluvia empapa mi trenza y corre por mi cuello. Apreté los dientes y forcé mis músculos a avanzar. El frío de la piedra húmeda se filtra a través de las botas, y cada paso me parece más resbaladizo que el anterior. Me concentro en la sensación de la piedra bajo mis pies. Derecha, izquierda, derecha... un paso a la vez.

alas de niebla y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora