Naruto - Los malditos

Capítulo 4: Garras, hojas de té y maniquíes de entrenamiento

Naruto se despertó con una suave vibración en la mano de su despertador, que lo despertó al salir el sol. Se estiró y bajó las persianas de su cama. Notó que todos sus compañeros de cuarto seguían dormidos. Se levantó, se puso tranquilamente la ropa de deporte y se calzó unas zapatillas. Se colocó dos fundas de cuero para varitas en los antebrazos y salió del dormitorio y de los terrenos del castillo. Luego dedicó diez minutos a estirarse antes de comenzar su rutina diaria de entrenamiento físico con una carrera de quince minutos hasta el Lago Negro y a lo largo de su playa antes de dar la vuelta y regresar a los terrenos del castillo. Cuando llegó al recinto, pasó otros 20 minutos haciendo flexiones, abdominales y sentadillas en series de 100 cada una. Era capaz de completar tantas series en tan poco tiempo, y lo atribuyó a su físico ya tonificado y a su resistencia. Terminó la última hora con un entrenamiento de reflejos para envainar y desenvainar sus varitas usando ambas manos.

Naruto había aprendido que el entrenamiento con varitas era un poco tonto. Tenía una varita de su época en Estados Unidos, pero el Ministerio le dijo que necesitaba una varita de Inglaterra para estudiar en Hogwarts. Su experiencia consiguiendo ambas varitas fue muy diferente en cada país.

Si querías conseguir una varita en Estados Unidos, tenías que rellenar un formulario de permiso de varita y enviarlo al MACUSA para su aprobación. Una vez aprobado, tenías que visitar a un artesano de varitas con licencia y fianza. Después, probaban tu núcleo mágico y veían cómo reaccionaba a los distintos reactivos de núcleo de varita. Cuando encontraban la madera con la reacción mágica más alta, pasaban al armazón de la varita. La madera era importante porque, si no podía soportar el núcleo, podía causar problemas. En función de tu núcleo, la madera de la varita debía ser capaz de soportarlo. Entonces, basándose en tu elección de madera, que también podía reducirse en función de tu elección de carrera o de tu camino de estudio en la escuela, la longitud de tu varita se calculaba utilizando una fórmula mágica de Aritmancia que parecía bastante compleja. Naruto no estaba seguro de cómo se les había ocurrido. La varita se fabricaría en una semana, a un coste de 25 galeones. Sin embargo, la varita estaría perfectamente adaptada a ti y a tu núcleo mágico. Así fue como Naruto acabó en posesión de su varita de roble rojo de 11 pulgadas y pluma de cola de ave de trueno. Le había servido fielmente durante los últimos cuatro años, desde que salió de Japón.

En cambio, su experiencia de conseguir una varita en Inglaterra fue un caos absoluto. Desde el momento en que entró en la tienda de Garrick Ollivander, que se llama Ollivander's, y le preguntó a Naruto qué mano usaba, las cosas se pusieron bastante caóticas. Después de probar media docena de varitas, Naruto mencionó que ya tenía una varita de los Estados Unidos, que pensó que podría ayudar a reducir las opciones si la analizaban. Ollivander revisó la varita de Naruto, que a pesar de haber sido usada, había sido bien cuidada y seguía en muy buen estado. Ollivander agradeció su prudencia en ese sentido. Después de lanzar un hechizo que todos los fabricantes de varitas conocen, comprendió mejor lo que Naruto necesitaba en una varita. Eso fue lo que dijo, al menos. Después de probar las seis primeras varitas, probamos otra docena. Todas reaccionaban de formas diferentes, pero ninguna armonizaba con su núcleo como lo hacía su núcleo Thunderbird. Naruto preguntó si podría tener una varita con un núcleo diferente al de cuerda de corazón de dragón o pelo de unicornio, ya que era lo único que Ollivander le había sugerido que usara, pues eran lo que más había probado. Ollivander fue a buscar una caja con el tercero de sus "tres núcleos supremos": la pluma de cola de fénix. Tiene once pulgadas de largo y está hecha de madera de carpe. En cuanto tocó la varita, pudo sentir que resonaba con poder. No sólo resonó poderosamente con él, sino que su núcleo de Thunderbird también resonó con su núcleo de forma armoniosa. Ollivander dijo que no creía que el Ave Fénix y el Ave de Trueno se llevaran bien, ya que ambos eran poderosos gobernantes de sus respectivos cielos. Pero parecía que Naruto sería el líder de este nuevo grupo, por así decirlo. Diez galeones más tarde, salía por la puerta de vuelta al Callejón Diagon, con sus dos varitas en fundas de cuero en los antebrazos.