UNO

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La puerta de la cafetería se abrió y una figura desconocida entró

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La puerta de la cafetería se abrió y una figura desconocida entró. Claire Hart observó el lugar mientras el aroma a café recién hecho y pasteles horneados la envolvía. Había llegado a Wellard hacía poco, y todavía no estaba segura de cómo encajaría en este nuevo escenario. Con sus jeans oscuros y una chaqueta ligera, Claire parecía lista para pasar desapercibida, algo que siempre prefería. Pero en el instante en que sus ojos encontraron a la barista que atendía con entusiasmo detrás del mostrador, sintió una curiosidad inesperada.

Katie Cooper estaba en medio de su ritual diario: adivinar el pedido de cada cliente antes de que tuvieran la oportunidad de decir una palabra. Claire se acomodó cerca de la fila, esperando su turno, y observó cómo Katie sonreía mientras estudiaba a cada persona que se acercaba.

—¡Café con leche y un muffin de arándanos! —dijo Katie con una gran sonrisa a un hombre de mediana edad.

El hombre la miró, sorprendido y divertido, pero negó con la cabeza.

—Casi, pero quiero un expreso doble y un croissant —respondió él.

Katie chasqueó los dedos, sin perder la sonrisa.

—¡Lo sabía! Bueno, tal vez no del todo, pero al menos tuve la vibra del café, ¿no?

La fila avanzó, y Claire siguió observando. Katie no acertó ni una sola vez, pero su entusiasmo era contagioso. Había algo en ella, en esa manera de reírse de sí misma y de encontrar diversión en lo más simple, que hacía que Claire sintiera una calidez extraña, casi como si ella también quisiera reírse. Y eso no era algo que le pasara a menudo.

Finalmente, le tocó el turno a Claire, y Katie la miró con un brillo divertido en los ojos. Estaba a punto de arriesgar otro intento de adivinanza.

—Veamos… —Katie entrecerró los ojos y estudió a Claire, como si estuviera resolviendo un rompecabezas—. Tengo la corazonada de que eres de las que prefieren… un cappuccino con leche de almendra y un toque de canela.

Claire parpadeó, sorprendida, pero sonrió suavemente.

—Sí… suena bien. Es mi favorito.

Katie se quedó sin palabras por un segundo, alzando las cejas como si hubiera escuchado mal.

—¿De verdad? ¡No me lo puedo creer! Esto no me pasa nunca.

Claire asintió, con una expresión calmada que ocultaba su ligera diversión. No era en absoluto su café favorito, pero algo en la energía de Katie la impulsó a jugar el mismo juego.

Katie preparó la bebida, sonriendo de oreja a oreja.

—Ok, soy oficialmente la mejor adivinadora de pedidos de esta cafetería, —declaró mientras terminaba de espumar la leche. Le pasó el café a Claire y, antes de que pudiera evitarlo, sus dedos rozaron los de Claire.

Claire sintió un pequeño escalofrío, y no supo si era por la calidez del café o por el toque inesperado. Katie se dio cuenta también y, en vez de retroceder, sonrió con más intensidad.

Contando Estrellas -Alexa and Katie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora