La chica castaña se pasó las 48 horas de su fin de semana pensando en el porqué de todo lo que Hannah le había dicho y pensaba preguntárselo a Liam directamente, puesto que le interesaba por demás las razones, y la respuesta que el chico le daría, por supuesto. Cuando su descanso terminó y la alarma del lunes le golpeó en la cara, se levantó con un poco más de ganas que en días pasados, pues ese día trabajaría con "su chico".
Hizo la misma rutina de esa mañana y terminó eligiendo su ropa de manera rápida pero no por eso descuidada, quería verse linda pero natural para él, sabía sus gustos, así que se puso un pantalón en mezclilla Esmeralda y una blusa a color hueso con cuentas en madera café que adornaban el cuello redondo y unas balerinas en encaje del mismo color, por suerte, el día había amanecido un poco más soleado y menos frío, lo cual solo la hizo cargar un suéter ligero y una bufanda en color caoba.
Subió a su auto como siempre y se enfiló hacia la avenida Rosemont, la cual la llevaba a su escuela después de casi 25 minutos de recorrido sin tráfico y sin semáforos en rojo.
Al bajar, el BMW azul naval ya se encontraba en su lugar de siempre, lo cual hizo sonreír un poco a la chica y entró al colegio tranquilamente para dirigirse a su casillero.
—¡Hola pequeña— A su lado se enfiló Annie, contenta de verla después del fin de semana.
—Hola Annie, ¿Qué tal tu fin de semana? Preguntó de manera curiosa mientras caminaban hacia sus casilleros, ya que Hannah, Alice y Annie estaba en la misma fila.
—Del demonio, Jack me llevó con él a Carlisle ¡Y el clima era horrible!, ¡No pude salir en todo el fin de semana, ni siquiera a sus prácticas!—Dijo con fastidio. Jack Bride, el novio de Annie era un aspirante a competidor Olímpico en natación.
—Eso es mala suerte... — comenzó a decir la castaña mientras ponía la combinación en el seguro de su casillero.
—Sí, pero en cambio tú, tienes que contarme algo que comienza con Liam y termina en Jonhson— canturreó su amiga a razón de hacerle burla y terminó con la mano de la ojiverde tapando su boca. —Cállate... Qué ahí están las amigas de Abbie— dijo la chica con un poco de temor.
—¡Entonces es cierto! —contestó efusiva con una sonrisa enorme, compartiendo el secreto con ella.
—Yo no sé de qué estás hablando- le dijo algo abrumada mientras abría la puerta de su locker y un pequeño rectángulo blanco caía de él: era una carta.
—¿Qué es eso, Al? —preguntó la chica pelirroja que la acompañaba y también acomodaba sus cosas en el casillero.
—Es un anónimo... Una carta sin remitente— dijo extrañada mientras la miraba por todos lados y comenzó a abrirla para leer el contenido.
"Para Lice Elgort:
Me encanta la manera en que tus dedos se mueven en el piano sin apuros, la manera en que salen las melodías de tu garganta, la forma en que miras al frente y te pierdes entre los colores, cuando esas preciosas esmeraldas que llevas por ojos se fijan en mi o cuando me sonríes de esa manera en que sólo tu sabes. Sé que es cobarde decirte lo que siento a través de una carta anónima, pero algo me lo impide justo ahora, así que ten paciencia hermosa princesa, que pronto sabrás quien soy."La mandíbula de Alice se desencajó de sobre manera al leer aquellas palabras y se la mostró a Annie, quien comenzó a leer a prisa mientas sus ojos se movían de izquierda a derecha con rapidez a través de la hoja con una caligrafía manuscrita de imprenta.
La reacción de Annie fue exactamente la misma cuando terminó de leer aquella breve carta.
—Alice...- dijo de repente con un tono de sorpresa —¡Tienes un admirador secreto!, ¡Y por supuesto que sé quién es! — Dijo felizmente le dijo sonriendo de lado a lado mientras tomaba sus manos —Qué romántico, aunque un poco cliché... Liam es un romántico de pri... —las divagaciones de la pelirroja fueron paradas por la negación arrasadora de Alice.
—No, no, a ver, concéntrate Anne, Liam no es mi admirador secreto, está con Abbie y creo que eso me ha quedado muy claro desde hace dos años— dijo con cierto tono de indiferencia en la voz y sin mirarla a los ojos.
—Alice no seas tonta, ¿Quién es el único que te llama "Lice"?— Le refutó en forma de pregunta su mejor amiga.
—Bueno Liam, pero sería una tontería que fuera él, por favor, sólo me ve como una amiga y está enamoradísimo de su rubia—dijo mientras sacaba una pastilla de su casillero y bebía agua —Es una estupidez el solo pensarlo— completó en negación total mientras sus ojos se perdían entre el pasillo y la multitud de estudiantes que caminaban como bancos de peces en pleno mar.
El resto del día fue una eterna tortura para aquella chica, pues la duda se la estaba comiendo entera sin poder hacer nada en lo absoluto. Cada que podía leía y releía la carta, dándole vueltas al asunto y poniendo más atención que a sus clases principales. Su día se resumió en dos horas de trigonometría, una de literatura, otra de dibujo, dos horas de biología general y terminó con su optativa materia de música. El timbre sonó y Alice ahogó un gemido de miedo que casi salía de su garganta, puesto que los nervios de trabajar ese día con Liam estaban a flor de piel y se sintió mareada, lo cual le hizo mirar sus manos y posteriormente, sus pálidos brazos, en los cuales sus venas parecían todavía más azules bajo la luz del laboratorio. Se tocó la frente y la simple vista de su piel la hizo estremecer lo cual sólo ignoró, y siguió con su camino. Había algo innegablemente fascinante en la personalidad de Liam, que atraía a la joven Elgort como abeja a la miel sin poder evitarlo. Tomó un respiro al poner su mano en la manecilla gélida y metálica de la puerta, y empujó suavemente antes de sonreír un poco a su maestro y pedirle el permiso para entrar. Dio gracias a que su banca estuviera sola en el lado de su compañero y sonrío para sus adentros antes de tomar asiento con cuidado en la banca de madera y acomodar meticulosamente sus cosas.
Poco a poco, el salón se fue llenando y de pronto apareció Hannah, acompañada por Ryan Donovan, quienes coqueteaban abiertamente y la pequeña rubia saludó a su amiga con tranquilidad al irse a sentar en su lugar respectivo.
La chica se torció los dedos pues los nervios la estaban matando y finalmente sonó la campana, pero Liam no apareció, lo cual hizo soltar un suspiro de alivio a la linda castaña y decidió comenzar a escuchar la clase que estaba por comenzar.
Aproximadamente dos minutos después de que ella cantaba victoria mentalmente, aquél castaño de pecas hizo acto de presencia, disculpándose por la demora y finalmente se dirigió a su asiento con Alice, a quién le sonrió y besó su mejilla a manera de saludo con mucho gusto.
Lo que la muchachita sintió en ese momento fue un vacío de la boca de su estómago y el vértigo de sentir que este se le iba a los pies sin contemplaciones por las emociones que causaba en ella, pero se obligó a pensar en lo que le había dicho a Annie en la mañana.
Ambos se quedaron callados al igual que el resto de los alumnos mientras el profesor de música explicaba una parte de la historia de su materia.
De repente Alice sintió la mirada del chico sobre ella, y lo miró de reojo mientras sus manos se cerraban en un puño por los nervios y el retiró sus ojos de ella al sentirla tan tensa.
El aroma del muchacho era simplemente embriagante para ella, adoraba su perfume, así, tal cual.—Lo que quiero que hagan hoy en parejas, es que inventen su propio instrumento musical, ya sea de viento, cuerdas, percusión, eléctrico o acústico, las barreras son libres y voy a calificar creatividad así que si su instrumento tiene algún parecido con alguno de los que existen actualmente o de sus compañeros, considérense reprobados— El profesor Nicholas se hallaba frente a la clase exponiendo el trabajo que tenían que entregar —Quiero que hagan el esquema, con colores por supuesto o un boceto bien hecho de su instrumento y la explicación con materiales y el sonido que produce, si es brillante u oscuro, quiero todos los detalles en ese ensayo... ¿Entendido?— En respuesta se escuchó un "Sí" al unísono —Bien, a trabajar muchachos— dando la última orden, tomó asiento en su escritorio.
Liam se giró a ver a la chica y le sonrió un poco —Tu siempre has sido buena con los inventos— le dijo sonriendo a razón de recordarle los buenos momentos de juegos cuando eran pequeños.
Alice sin poder contenerse sonrío y negó —Pero es trabajo en equipo—le dijo sonriendo tímida y entonces hojeó su libreta buscando una página en blanco para poder comenzar a escribir.
—Por supuesto que lo es... Entonces, decidamos primero de que clasificación lo queremos-—De cuerdas me agradaría, ¿Y a ti?.
—Me parece una excelente idea.
Así ambos pusieron manos a la obra, y tras una hora de esfuerzo lograron presentar un proyecto exitoso.—Felicito a muchos de ustedes, en especial a la señorita Elgort y al señor Johnson por su excelente trabajo y al resto les pido que pongan más empeño ya que para la próxima semana, quiero que su proyecto esté sobre mi escritorio físicamente... Pueden retirarse chicos— concluyó el maestro cuando el timbre de salida sonó y ambos salieron juntos del salón entre risas, una que otra broma y un par de comentarios halagadores sobre la blusa de la chica.
—Vaya, pareciera que nada ha cambiado pero...
—Pero no es así... — dijo la castaña con un deje de gracia.
—...Cierto... Tú... Te alejaste hace como dos o tres años—dijo mirándola con algo de incomodidad. —Sí bueno, éramos buenos amigos— aquellas palabras parecieron dar en el blanco.
—Sí y podríamos haberlo seguido siendo... No entiendo que cambió.
—Te fuiste a Alemania hace tres años, no llamaste y no escribiste, le caías mal a mi novio y a los dos meses comenzaste a salir con Abbie Panabaker— dijo de manera áspera, incluso un poco amarga, como si nada de aquello le lastimara.
—Lice yo...
—Tengo que irme, sabes. Te veo mañana para comenzar el proyecto... Que tengas buen día—no dio lugar a que su ex mejor amigo se despidiera si quiera, simplemente cortó vuelta en el pasillo que llevaba hacia el estacionamiento, esquivando a una serie de porristas y futbolistas corpulentos y más de alguno le miró el trasero al caminar pero retiraron la mirada cuando se percataron de que a dos pasos de ellos y de lado derecho junto a una manguera contra incendios, un chico castaño y pecoso los asesinaba con la mirada.
Alice abrió su auto con brusquedad y botó sus cosas sobre el asiento del copiloto con furia, se quitó el suéter, se puso el cinturón, y arrancó con rapidez para salir del estacionamiento. Un tanto tensa y mientras se quedaba en el tráfico frente a un semáforo en luz roja tomó su movil y puso el reproductor que comenzó a sonar inmediatamente en las bocinas. La luz cambió a un color verde y la caravana de automóviles siguió desplazándose por debajo de la lluvia que comenzaba a caer por la ciudad, haciendo ver todo más melancólico que nunca. Siguió conduciendo, pasando varias calles y cuando se detuvo en un Starbucks para pasar por algo caliente bajó y en la zona había varios restaurantes, que bajo la lluvia y con la iluminación del ambiente se veían prácticamente románticos, lo cual no le hizo ninguna gracia a la chica Elgort.
Tomó su café y subió de nuevo a su Mercedes para conducir a casa mientras esta vez sonaba "I'm with you" de Avril Lavigne en el reproductor y ella sin darse cuenta comenzó a derramar lágrimas, mientras la nariz le ardía y su vista se nublaba. No tuvo otro remedio que limpiarse el rostro y seguir condiciendo hasta que llegó a casa y subió a su habitación de lo más decaída que pudo sentirse y una vez más miró aquella foto en su tocador y la carta anónima que guardaba en el bolsillo, la cual releyó por millonésima vez.
¿Y si en realidad Liam era el remitente? ¿Y si no lo era y sólo se hacía ilusiones estúpidas?. Eran preguntas que rondaban la confundida mentalidad de la adolescente, pero lo cierto es que todo podía pasar, nada es para siempre.Ƙ"%c
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I Wanted You More.
Fiksi RemajaSer adolescente no es fácil, y mucho menos para una chica enamorada, o más bien, deslumbrada con la personalidad de un muchacho que jamás se atrevería a voltearle a ver de manera sentimental. La historia de Alice Elgort, una chica de una posición e...