Parece exagerado decir que ya han pasado meses.
Pero se siente como si el tiempo no pasara.
Cómo si, desde que te fuiste, el tiempo paró, sin tener permitido avanzar.
Todo está igual.
Desde ese día, nada cambió.
Quizá para que logres encontrar el camino de vuelta.
Quizá estás perdida.
Puedo ayudarte, solo debes pedírmelo.
¿Puedo ayudarte?
Entonces recuerdo lo inútil que soy.
Me veo a mí mismo, por primera vez.
Estoy tirado en una incómoda cama, con un colchón desgastado, sobre el piso de madera oscura; su color casi no puede distinguirse, debido al rojo fuerte que cae una y otra vez sobre él.
No importa cuantas veces lo limpie o trate de detenerlo, siempre estará.
Nunca para.
Veo mis brazos, y el mismo rojo los empapa.
Pero no siento ni una pizca de dolor.
Como si no existiera.
Como si nada existiera.
Trato de girar mí cuerpo, lo que más pueda, hasta quedar cara a cara con el gran y empañado espejo.
¿Desde cuándo está ahí? No importa.
Veo mí rostro. Nunca antes lo había visto.
Mis ojos cansados, casi totalmente violetas, comienzan a cerrarse.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que volví a despertar, pero parecieron siglos.
O eso creí, hasta que vi las agujas del reloj completamente quietas.
No se mueven desde que te fuiste.
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Encontrarte De Nuevo
ParanormalDesapareciste un día. Aún te busco. Aún no te encuentro.