Jisoo estaba sentada en una cafetería con su hermano Jin, quienes, por el bien de sus eternas payasadas, estaban tratando de ver quién podía equilibrar más cucharas en la nariz. El espectáculo había atraído unas cuantas miradas, y Jin, con una cuchara más que Jisoo, la miró triunfante.
-A ver, tonto, pero todavía me falta otra cuchara. -dijo Jisoo, riendo.
Justo en ese momento, la puerta del local se abrió de golpe y Rosé entró, algo apurada y distraída, mientras se ajustaba la chaqueta y avanzaba rápidamente hacia Jisoo, sin ver un vaso lleno de agua sobre la mesa de al lado. Alguien lo movió, y, como si fuera obra del destino, ¡zas! Le cayó el agua encima.
-¡¿Qué chingados...?! -Rosé exclamó, quedándose congelada mientras veía cómo el agua comenzaba a empapar su ropa.
El pánico apareció en su rostro al recordar que no podía mojarse tanto sin transformarse. Si no se secaba en menos de dos minutos... la verdad iba a salir a flote, literalmente.
-¡Mierda! -murmuró, lanzando una rápida mirada a Jisoo, que ya la estaba viendo con una mezcla de sorpresa y preocupación.
-¿Rosé? ¿Estás bien? -preguntó Jisoo.
-Sí, sí, ¡sí, estoy bien! Pero... ¡me tengo que ir, ahorita! -Rosé exclamó, y, sin pensarlo dos veces, salió corriendo del local.
-¡Espera! -gritó Jisoo, quien no dudó en seguirla. -¡Jin, todo esto es tu culpa, imbécil! -gritó mientras lo dejaba atrás. -¡Con tus estupideces de la cuchara! ¡Te odio, idiota!
Corriendo detrás de Rosé, Jisoo la vio dirigirse hacia la playa, a toda velocidad y sin detenerse. Rosé llegó a la orilla y, sin frenar un segundo, dio un salto espectacular al agua, como si hubiera estado esperando ese momento toda su vida.
Jisoo parpadeó al ver esa escena tan inesperada, luego se lanzó detrás de ella al agua, sin cuestionarse ni un segundo lo que estaba haciendo. Mientras se sumergía, tomó la máscara de buceo que Lisa le había dado y se la ajustó para poder ver con claridad bajo el agua. Abrió los ojos y, cuando el agua dejó de moverse por completo, la escena que tenía frente a ella la dejó completamente sin palabras.
Ahí estaba Rosé... su cabello, que normalmente caía en suaves ondas, se agitaba en el agua como una nube de tonos rosados y brillantes. Su cuerpo humano comenzaba a cambiar ante los ojos de Jisoo, en un proceso que era tan fascinante como desconcertante. Escamas de un color rosa brillante comenzaron a cubrir sus piernas, transformándose en una poderosa cola que brillaba como una joya en el agua. Aletas delicadas y estilizadas se desplegaron a los lados de su nueva cola, moviéndose como si fueran parte del mismo océano.
Jisoo no podía despegar los ojos de Rosé. Sus facciones se volvieron más etéreas y místicas; sus ojos brillaban intensamente, pareciendo aún más profundos bajo el agua. Todo esto dejó a Jisoo completamente atónita. Era como si estuviera mirando a una especie de ser divino, una criatura de otro mundo que, hasta ese momento, solo había existido en las historias.
Finalmente, Rosé se acercó a Jisoo, nadando con una elegancia casi mágica. Jisoo se quedó quieta, sin saber qué hacer, con el corazón acelerado. Rosé se acercó a su oído, y con una voz suave y angelical, que apenas se escuchaba en el agua, le susurró:
-Hablamos después.
Con eso, Rosé se alejó rápidamente, nadando con la velocidad de una auténtica sirena, hasta que su figura se convirtió en un destello rosado en la distancia, dejando a Jisoo completamente paralizada en el agua, procesando lo que acababa de ver.
Cuando Jisoo finalmente salió a la superficie, su mente estaba en un torbellino, y su primera reacción fue mirar hacia donde Rosé había desaparecido. Sin duda alguna, ese había sido uno de los momentos más extraños (y fascinantes) de su vida.
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Mareas del Destino [Jenlisa]
FanfictionLas mareas siempre han marcado el destino de Jennie, una sirena que vive en los confines más profundos del océano. Cuando un encuentro fortuito con Lisa, una humana fascinada por el mar, desata una serie de eventos inesperados, ambas se verán atrapa...