El BDSM es un viaje de autodescubrimiento, en el que cada paso que dan juntos amo y sumiso debe darse en la misma dirección, en una misma vibración.
Ringo lo miraba desde detrás de su vaso de agua de cristal rojo. Era cómico observar cómo intentaba asimilar esos colores para camuflarse con él; pero Felix había llegado a creer que Ringo tenía problemas de daltonismo. Su pobre y querido camaleón había adquirido un tono purpúreo bastante extraño.
—Eso no es rojo, Ringo.
Hyunjin se había levantado antes que él, dejándole una notita sobre la almohada diciendo que volvería en veinte minutos, que tenía una alerta en su iPhone del foro D&M. Iría a la biblioteca, se conectaría desde ahí y revisaría su correo. Y después traería el desayuno para que ambos lo compartieran. Hyunjin y compartir eran dos palabras que le ponían el pelo de punta.
Él hubiera preferido acompañarle, en cambio, él anteponía su descanso a todo lo demás. Para su amo, era muy importante tenerlo bien sosegado para las duras jornadas sexuales que estaban llevando a cabo. Con ese pensamiento, y Ringo subido a su hombro, se dispuso a hacer la colada.
Llevaba un pequeño pantalón short corto negro y la parte de arriba de una camiseta del mismo color. Se había recogido el pelo en un moño muy alto, ligeramente desordenado. No le gustaba maquillarse demasiado; pero esa mañana se puso brillo de labios natural, una sombra de color tierra en los párpados y repasó la línea de los ojos con color verde oscuro.
Había dormido tan bien esa noche... Ni diosas interiores ni leches: la diosa zorra de la sensualidad lo había poseído. Sus extremidades parecían flotar; tenía el trasero vivo y estimulado, como si sintiera todavía sus caricias y sus azotes. Menuda locura lo que estaba viviendo. Aunque era todavía más confuso darse cuenta de que estaba esperando, casi ansiosamente, las nuevas lecciones de su amo-tutor, barra agente federal.
Para su sorpresa, mientras esperaba a Hyunjin y aprovechaba para mantener un orden aceptable en su casa, observó que parte de las zonas de su hogar que necesitaban un poco de carpintería y bricolaje estaban saneadas, limpias y arregladas.
Solo hacía tres días que él y Hyunjin convivían, y era obvio que no estaban permanentemente dándose cachetadas y regalándose orgasmos. Pero si él madrugaba, al parecer, se dedicaba, entre otras cosas, a arreglar la barandilla de madera del porche, algunos zócalos sueltos del suelo y un par de vigas de madera del techo que no estaban del todo bien ajustadas. Con una sonrisa de sorpresa y satisfacción, caminó con la cesta de la ropa sucia por el jardín, bordeando la mesita camilla de las deliciosas torturas, hasta llegar a la pequeñita casa de madera en la que disponía de lavadora-secadora.
Abrió la puertecita y metió la ropa sucia. Los zócalos de la puerta se habían limado y barnizado, y las esquinas estaban ligeramente modificadas para que se abriera y cerrara mejor. Al lado de la casita, de manera ordenada, se amontonaban uno a uno los paneles de madera que había utilizado para la restitución de la pequeña cabaña. Las bisagras ya no chirriaban. Encendió el programa correspondiente y esperó a que el aparato efectuara sus particulares exabruptos y rocambolescos ruidos.
Sin embargo, para su estupefacción, hubo un silencio absoluto.
—Hay que joderse —susurró Felix mirando a Ringo—. El malvado amo también ha arreglado la lavadora... Es un chollo.
Ringo movió sus ojos con descoordinación y siguió jugando con un mechón de pelo rubio que se había soltado de su moño.
Después de hacer sus tareas, tomó los informes y repasó las normas del torneo. En principio, eran bastante claras y, por lo que él había comprendido, los duelos consistirían en llegar al orgasmo de tal o cual manera o en evitarlo, por muchas perrerías y ejercicios lascivos que pudieran cometer para estimularlo; así como en alcanzar una serie de orgasmos, o en no pasar de una cifra determinada; también en la capacidad de aguantar el dolor sin llorar, o en la capacidad de no gritar. Y, si en algún momento se pronunciaba la palabra de seguridad, esa pareja estaba eliminada.
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DS Hyunlix
FanfictionLee Felix siempre quiso ser como su hermano Jisung. Por eso, cuando decidió trabajar para la Ley, Felix lo siguió y se esforzó siempre por llegar a su nivel. Ahora, Jisung ha desaparecido, y le piden que colabore en una misión de rescate. Él joven p...