La proposición

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Las fiestas de los Mugiwara se caracterizaban por dos cosas, tanto en su universo como en el nuestro. Pasársela en grande y dos tipos constantemente peleando. En nuestro universo; este par de idiotas se ha conocido demasiado tiempo como para saber sobre otro tipo de interacciones más amables, su relación tóxica lo era todo. Para el resto del grupo se había vuelto una especie de infinito baile de apareamiento que jamás terminaba.

— ¡Te acabaste el sake estúpido marimo! ¿Qué se supone que va a beber el resto? — gruñó Sanji mientras volteaba la cocina buscando más bebidas para el grupo.

—¡Bueno, debiste comprar más si sabes que yo bebo el doble que los demás! Cocinero de mierda — replicó Zoro mientras le ayudaba a buscar torpemente.

—¿Uh? ¿Acaso quieres morir? ¿A quién llamas cocinero de mierda? Acabas de comer todo lo que preparé.

—Era comida, se supone que se debe comer imbécil.

—¡Bastardo!

— Cocinero pervertido.

—musgo por cerebro.

Zoro quiso golpearlo pero Sanji levantó la pierna, estaba dispuesto a patearlo.

—¿Con que esas tenemos? — dijo Zoro apretando los puños.

—Acércate un centímetro y te convertiré en jamón vegano, maldito césped.

Ambos se gruñeron, mientras el resto: Luffy, Nami, Usopp, Robin, Chopper,Franky y Brook los observaban en silencio. Era un espectáculo que se disfrutaba comiendo y bebiendo, excepto que el cocinero tenía razón, no quedaba nada porque el marimo bebía más que el césped.

—¡Odio tu estúpida cara!—se quejó Sanji.

—Ah, pues yo te desprecio.

—Mejor cállate y acompáñame a comprar el maldito alcohol.

—¡Iré sólo! —Zoro camino a la puerta.

—¿¡A dónde piensas ir solo?! Acaso quieres que te esperamos eternamente mientras te pierdes en línea recta inútil bueno para nada.

—¡No te soporto!

—Pues tu no eres exactamente un encanto.

Nami miró a Usopp y le dijo en voz baja: — ¿Cuánto más crees que dure este infinito ritual de apareamiento?

—Pues... yo no les doy más de dos meses, me da la impresión que mientras más se alteran más se desean.

—Shhh... es la mejor parte. — susurró Robin.

Sanji recogió una chaqueta negra que estaba sobre uno de los sillones y un suéter de color gris que estaba junto a él. Miró la chaqueta con fastidio y se la lanzó a Zoro lleno de rabia mientras se vestía con el suéter gris.

—¡Y abrígate maldita sea!

— ¡No me des ordenes!

— ¡Tú no me digas que hacer!

Zoro abrió la puerta dejando pasar a Sanji primero mientras todos oían como su voz se alejaba junto con sus reclamos en contra del peliverde y a su vez, el otro se quejaba de vuelta. La puerta se cerró de un portazo, mientras el resto del grupo se quedaba en silencio observando toda la escena.

—¿Creen que algún día se den cuenta?— preguntó Luffy.

—Yo creo que ya lo saben— respondió Chopper.

-o-

El par de idiotas se cansó de pelear en algún punto entre la bajada del ascensor y el camino hasta la salida del edificio, fueron en silencio hacia el minisúper, mientras Sanji sostenía a Zoro de la chaqueta, ya que cada ciertos tramos tendía a doblar por calles que no lo llevarían a ninguna parte.

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