Mi nombre es Meiko.
Nací en el clan Minamoto, una familia reconocida de mucho tiempo por su maravilloso don "Precognición"
Este don permite observar el futuro a través de los sueños, sin embargo debido a la combinación de sangre las personas que nacen con este don disminuyeron.
Los únicos que poseen este don es la familia Principal debido a la práctica de endogamia para conservar nuestra sangre pura.
Sin embargo, debido a esto los bebés suelen morir rápido y el estatus de la familia empezó a decaer por ello empezaron a vender a las personas con este don en una medida desesperada por recuperar el honor.
Entre esas personas vendidas mi madre fue una, Miyo Minamoto.
Mi padre nunca quiso una familia, solo quería nuestro don
Era algo normal, pero...
Hubiese sido mejor alguien que solo hubiese querido descendientes con este poder sin embargo los planes de mi padre eran mucho más profundos y siniestros.
Algo realmente retorcido.
Mi madre observo un futuro horrible en el que yo terminaba muerta por obra de los experimentos de mi padre así que huyó conmigo en la primera oportunidad cuando apenas tenía 2 años
Pero intentar cambiar el futuro te hace pagar un gran precio, Mi madre siempre me dijo eso
Y pude comprenderlo en ese entonces, cuando tenia 6 años.
- Mami, por qué lloras?...- pregunté al mirarla.
- No es nada, solo es un poco de polvo- limpio sus ojos para acariciar mi cabeza sonriendo.
Sonreí y la abrace mientras intentaba conciliar el sueño.
- Mei...- su voz dulce me llamo mientras mis párpados empezaban a pesar.
- Si, mami?- pregunté bostezando.
El sueño me estaba ganando
- Mi pequeña Mei...- acarició mi mejilla- No importa que futuro sea el que veas, lucha por sobrevivir- fue lo que dijo.- Ver cosas que no queremos ver puede hacernos enloquecer, pero no debemos perder la esperanza porque el futuro puede cambiar- murmuró sobre mi cabeza.
En ese entonces esas palabras eran confusas para mi.
Mi madre quien siempre me había dicho que no debíamos retar el destino me estaba diciendo que este podia cambiar.
- Perdón por tener que hacerte pasar por todo esto... Siento que no puedas disfrutar de tu infancia como es debido- murmuró un poco temblorosa.
- Está bien, mami... Mientras estemos juntas, yo seré feliz- sonrei mientras me acurrucaba en sus brazos.
Y ella dejó un beso dulce en mi cabeza
- Mi niña... Nunca olvides que tu mamá te ama, así que por favor... Cuando llegue el momento, corre y no des vuelta atrás- fue lo último que escuche cuando mis ojos no soportaron más y se cerraron por el sueño
Nunca pensé que esa sería la última vez que vería a mamá...
Desperté en plena madrugada asustada por una pesadilla donde mamá moría pero cuando salí buscándola pude verla.
Ella estaba siendo apuñalada por unos hombres mientras parecía retenerlos.
Mi cuerpo se paralizó, quería correr hacia ella y pedir que se detuvieran.
"Corre y no des vuelta atrás" las palabras de mamá llegaron a mi mente y su mirada que me encontró me hizo entender que había llegado ese momento.
Pero...
Con lagrimas en los ojos y con el corazón roto di vuelta y empecé a correr huyendo de casa.
Camine sin rumbo tal vez por unos dos días, no lo sé bien...
Perdí la noción del tiempo, todo había perdido sentido para mí
No sabía dónde ir y no tenía nada de comer, sin tener que ver el futuro para mi era claro que moriría.
Eso era lo que pensaba
Sin embargo conocí a una pareja mayor, nunca habían podido tener hijos así que para ellos yo había llegado como una bendición.
La abuela Kaede y el abuelo Hoshi
Me criaron y me acogieron como su hija.
Mis sueños eran normales, días riendo, hablando y compartiendo juntos.
Todo era paz y felicidad, no podía pedir más
Pero a medida que fui creciendo empecé a observar el futuro más lejano.
Recuerdo llorar desconsoladamente al despertar casi todas las noches
Deseaba no tener este don y no tener que ver cosas tan dolorosas.
Sentía que este poder me carcomia poco a poco
Y justo como lo ví en mis sueños a mis 11 años el abuelo Hoshi murio... Y casi un año después la abuela Kaede también...
Volví a quedarme sola
Solo deseaba que la muerte me llevará también para volverlos a ver.
Todo era oscuridad Hasta que el apareció en mis sueños y entonces...
Solo empecé a esperar ansiosa por el día en que al fin nos viéramos.
Por el día en el que finalmente conociera a quien se convertiría en mi más preciado amor.
