Prólogo

12 3 3
                                    

Cumpleaños número 6.

Primer cumpleaños en que mis padres no pelean.

Primer cumpleaños que puedo pasar en paz.

Soplé las velitas y pedí un deseo. Mi deseo desde que nací era tener un perrito, pero a papá nunca le gustó tener mascotas en casa. Siempre decía que eran muy escándalosas y soltaban mucho pelo.

—Ven aquí pequeña— me dijo mamá—. Te tenemos una sorpresa.

Mis ojitos se iluminaron al escuchar eso. Sabía que no debía hacerme muchas ilusiones acerca del regalo.

Tenía claro que podía ser de todo menos un perrito.

Me fui a sentar al sofá. Luego de unos minutos, mamá llegó con una caja en brazos y la dejó con suavidad en mis piernas, dejándome un cálido beso en la frente.

Ábrelo mi amor— me sonrió—. Espero que te guste.

Abrí el regalo, y cuando ví lo que estaba adentro, sentía que me moría de la emoción.

Un perrito.

¡Al fin!

Mis ojitos se iluminaron al ver a aquella bolita de pelos de tamaño promedio.

Miré a mamá con una sonrisa de oreja a oreja. Sacó la caja de encima de mis piernas, y en su lugar puso al cachorrito.

Era un Golden Retriever. He visto las diferentes razas de animales que existen, y sin duda alguna, mamá me había prestado atención a que era mi favorito.

Lo acaricié. Es súper suavecito cómo parece en fotos.

Tenía una estatura promedio. Su pelo era suavecito, y tenía bastante. Su color era un amarillo bastante claro que podría jurar que era blanco.

Al verme, me lamió la cara y yo sonreí. A partir de ese día supe que sería feliz.

Gracias mami —la abracé fuerte —. Eres la mejor.

De nada pequeña —me cargó abrazándome —, me alegro mucho que te haya gustado.

Cargué al perrito en mis brazos con cuidado de que no se me cayera y lo miré frente a frente.

¿Y yo a ti ahora como te pongo? —le dije como si pudiera hablar.

No hizo más que lamerme la cara, y yo reí.

Me quedé pensando un nombre por unos minutos, hasta que sonreí y lo miré.

Te llamaré Nube

¿Nube? —preguntó mamá mirándome —¿Por qué ese nombre cariño?

No lo sé —me quedé pensativa por un momento —. Porque es suavecito y esponjoso como una.

Me encanta las ideas que tienes Maila —me sonrió mamá.

A partir de ese día, supe que Nube sería mi fiel acompañante durante toda mi vida, y así ha sido.

Soy Maila Jones, una simple chica de 19 años que vive con su perro. Pero más que un perro, es parte de mi vida. Ha sido el amor perruno de mi vida que me marcó por siempre y para siempre.

El amor perruno de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora