El Creador del Rey [Adaptación JeffBarcode]

6

—¿Un discurso en su nombre? —preguntó Jeff mirando al techo, se encontraba recostado en uno de los sillones de la habitación que Build le había dado, su mirada bajó hasta llegar a Barcode que miraba la ventana, su porte recto y perfecto como siempre.

—Sí, se dará en la plaza donde los aldeanos reciben su ración diaria de agua —el rostro de Jeff estaba serio como muy pocas veces, sus ojos parecían analizar las palabras de Barcode —El duque ha estado dando los discursos regularmente mi señor, más que nada, para elevar la moral de las personas.

—Entonces, ¿por qué tendríamos que implicarnos en eso? —preguntó llevando su mirada de nuevo al techo —Ese Bui, Blui o cualquiera que sea su nombre, ¡el sólo nos está echando su responsabilidad! —gruñó.

—Por favor mi señor, lenguaje —pidió Barcode poniendo su atención en el caprichoso príncipe.

—Me importan un bledo los discursos —afirmó Jeff cerrando sus ojos —pero seré un buen amigo e iré contigo.

—¿Acaso no fui claro? Usted será quien dé el discurso, mi señor —Los ojos de Jeff se abrieron de golpe, el mayor se sentó en el sillón mirando incrédulo a Barcode.

—¿Qué? ¡Pero se tarda medio día en llegar a la plaza incluso en caballo! ¡me niego! —Barcode lo miró mientras se acercaba a paso lento.

—Esas fueron las condiciones, deje de hacer berrinche, usted no es un niño —regañó el moreno.

—¡Pero...! ¿No es extraño que él quiera enviarme sólo? ¡Sólo Dios sabe lo que ese mocoso pueda hacerte mientras yo no estoy y...! —Barcode alzó una ceja mientras miraba la mueca horrorizada de Jeff.

—¿Qué cosas podría hacerme el joven Build, mi señor? —preguntó curioso, el rostro de Jeff se tornó completamente rojo mientras se encogía en su lugar, Barcode suspiró —Ahora, vamos a trabajar, tenemos poco tiempo.

—Puedo sentirlo... —Jeff hizo una mueca mientras se ponía de pie llegando hasta Barcode —Ese Blui está tramando algo ¡puedo sentirlo en mis huesos...! ¡ay! ¿y eso porqué fue?

—De nuevo —palmeó Barcode en dirección a Jeff, su rostro serio y porte elegante como era costumbre —tiene que respirar apropiadamente, con respiraciones cortas, si no, no podrá ser escuchado ni siquiera desde la distancia de un brazo, de nuevo, su alteza.

Jeff se dejó caer al sofá tras él colocando la cabeza contra el respaldar mientras frotaba su cara con la mano, ya había anochecido y ellos seguían con ese maldito discurso, Jeff sentía que su cabeza iba a explotar y la maldita respiración sería lo último de lo que Barcode iba a preocuparse.

—Maldita sea, ya he leído la misma frase cientos de veces. ¡Sólo la vista de esa hoja me hace sentir enfermo!

—Póngase de nuevo de pie, mi señor, usted debe estar preparado para mañana. No hay tiempo que perder.