Delta (Otra Dimensión 2)

5.

Tres semanas desde aquel día que tuvo el encuentro con ese delta y además de los malestares matutinos, estaba la duda sobre que documentos se había llevado, tenía tantos proyectos ahí, la mayoría nunca se llevaron a cabo, suspiro con frustración y se recostó en el sofá.

— Papá, voy a salir con Ned y Mj. —Mencionó Peter.

— Bien, ¿a donde iremos? —Preguntó Harley acercándose.

— Tú no...

— Iré por mi chaqueta.

— Te dije que no, nosotros iremos al cine y...

— ¿Iremos al cine? —Preguntó Morgan.— ¡Si! iré por mis zapatos.

— ¿Qué? No, ¡papá!

— Llevalos, solo tengan cuidado.

— Pero... —Peter vio a sus dos hermanos ya esperando en la entrada, ni el tío Pietro o Tommy era tan rápidos como esos dos cuando se trataba de arruinar sus planes.

Ya en el cine no les quedó de otra que escoger una película infantil, la cual Morgan y Ned disfrutaron cantando las canciones, Harley se sentó entre Peter y MJ porque aunque le agradara la alfa debía cuidar de su hermano, al terminar la película, MJ dijo que acompañaría a Ned a su casa mientras los hermanos se fueron juntos, la idea principal de Peter se fue por el caño, quería ir a patrullar y talves por casualidad llegar a cierto Santuario, pero ahora era imposible.

— Quiero un helado. —Pronunció Morgan

— Ya es tarde. —Pronunció Peter.

— ¡Ahí hay un puesto de helados! —Mencionó Harley y se dirigió al carro de helados que estaba estacionado.

Peter solo suspiro resignado y acompañó a sus hermanos, pero mientras hacían fila Morgan se distrajo en el momento que algo cayó sobre su cabeza, miró hacia el suelo notando un osito de peluche, luego observó una mirada triste de un pequeño al que su madre llevaba en brazos.

— ¡Señora! ¡Se le cayó esto! —Morgan logró alcanzar a la mujer y le devolvió el peluche.

— Gracias pequeña.

La niña sonrió cuando la señora acarició su cabeza después de darle un dulce se marchó, Morgan agitó su mano despidiéndose, al darse la vuelta notó que se había alejado un poco, cuando iba a correr de regreso chocó contra alguien.

— Lo siento señor. —Morgan quedó viendo con curiosidad a aquel hombre le parecía haberlo visto antes, usaba lentes oscuros y una capucha, podía ver algunos mechones rubios cenizos caer a su frente también tenía una cicatriz como de quemadura que recorría su mejilla hasta su cuello.— Eres muy bonito. —Ella sonrió en el momento que el hombre ladeo la cabeza, parecía un cachorro gigante.

— Eres una bebé omega. —Dijo otra voz que asustó a la niña, a diferencia del otro ese hombre si le causó temor, su cabello rojo y sus ojos eran aterradores.— Vendrás con nosotros niña.

Morgan soltó un quejido de dolor cuando ese hombre agarró su brazo, por instinto lo mordió para que la soltara y luego se escondió detrás del rubio cenizo.

— ¡Estúpida mocosa te dije que...

— No irá. —Dijo el rubio.

— ¿Es uno de los cachorros de Stark? —Preguntó otro hombre que apareció detrás de Morgan provocando que ella soltara un grito, el recién llegado cubría su rostro con una máscara.

— No podemos perder más tiempo. —Dijo el pelirrojo pero antes de agarrar a Morgan un golpe lo lanzó hacia la pared más cercana.

— Ya te he dicho que no hagas enojar al capitán. —Mencionó el recién llegado.— Esto será divertido.

Morgan iba a dar un paso hacia atrás pero aquel sujeto puso sus manos en sus hombros, mientras los otros dos peleaban habían entrado a un callejón, la niña se veía asustada pero por alguna razón no se podía mover.

— Tranquila no sueltes tu aroma de omega, ya que al sentirlo los Deltas a veces solemos enloquecer. —Dijo el de la máscara.

— ¿Qué sucede contigo? —Cuestionó el pelirrojo.— ¿Olvidas nuestra misión?

El capitán solo soltó un gruñido y ahora dirigió su mirada a su otro compañero quien inmediatamente alejó sus manos de la pequeña.

— ¡Morgan! —Al escuchar aquel grito el capitán jaló a sus dos compañeros y se escondieron antes de que los otros dos jóvenes se acercaran.— Morgan te he dicho que no te alejes. —Mencionó Peter colocandose enfrente de la niña al ver que estaba en shock inmediatamente la cargó tuvo esa sensación de ser vigilados además apestaba a Delta, Harley gruñó viendo hacia el callejón.— ¡Harley vamonos! —El mayor de los Rogers Stark se alejó llevando a su hermano de la mano y a la niña en sus brazos.

— Su trasero es perfecto... —Dijo el enmascarado.— Hay que llevarnos ese.

— No. —Pronunció el capitán.

— Necesitamos descifrar los planos. —Insistió el pelirrojo.

— Yo solo quiero sentir su aroma de cerca, en su máscara de spiderman ya no se siente.

— ¿Como lo vas a sentir si te manoseas con ella?

— ¿Quieres que me manosee contigo?

—Eres un imbécil Wilson.

El capitán se dio la vuelta mientras los otros dos lo siguieron, era probable que no se llevarían a ninguno de esos chicos, aunque no podían llevar el plano sin estar seguros que ese era el proyecto correcto.

Al llegar a casa Peter ya iba bastante alterado, Harley aun mostraba sus colmillos, Morgan seguía aferrada a él prácticamente enterrando sus uñas en sus brazos, Tony dejó caer la taza de café al ver a sus hijos rápidamente se acercó Morgan quien inmediatamente soltó a Peter y se lanzó hacia al mayor tuvo que actuar con rapidez para que no cayera.

— ¿¡Qué carajos pasó!? ¡Peter!

— Yo... Es-es... —El castaño menor no paraba de balbucear, impacientando al mayor.

— ¡Por un demonio ya dilo!

— ¡Deltas!

— ¿Qué? ¿Los atacaron Deltas?

— Ibamos por helados y luego no encontramos a Morgan y...

— ¡¿Perdieron de vista a Morgan?! —Tony estaba realmente molesto, empezó a revisar a su hija notando la marca de dedos en su brazo.— No volverán a salir.

— ¿Qué? Pero papá...

— Dije no más salidas, eso incluye las noches de patrullaje.

— Pero...

— ¡Peter Benjamín, te di una orden, obedece!

Peter simplemente agachó la cabeza se decía que la voz de mando de un omega era un mito, pero porque no podía moverse y sentía aquella fuerte presión en su cuerpo?, ni tan siquiera escuchó la voz de Harley quien le hablaba, hasta que este le lanzó un vaso de agua en el rostro, entonces ahí vio sus ojos lagrimear, Harley rara vez lloraba.

— Estoy bien... Morgan estará bien...

Ambos hermanos se abrazaron en silencio, mientras Tony se había encerrado en su habitación con su hija, la envolvió con las sábanas e impregno el lugar con su aroma, la niña se quedó dormida hasta el día siguiente, despertó cuando el genio fue por el desayuno, observó una vieja foto en la mesa de al lado, la agarro y observó aquellos rasgos, cabello dorado ojos azules, las medallas y estrellas en aquel uniforme.

“¿Porque él se parecía a Pops? aunque yo nunca pude verlo en persona, ni abrazarlo o sentir su aroma...”