Todo tiempo pasado ... es una mentira

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Buenas!! Sé que tengo otro empezado y lo sigo desarrollando, pero mientras seguía escribiéndolo me vino la inspiración del crossover entre el Ministerio del Tiempo y las Mafin.

Siempre quise escribir sobre Irene Larra, e Irene Larra siempre deseo conocer a las Mafin.
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1958

-Ernesto yo te mato. Sabes de sobra la primera regla que hay que cumplir. Se te ha ido la cabeza.

Un lobo enjaulado.

Si había que describir a Irene de alguna forma sería "lobo enjaulado". No paraba de dar vueltas furiosa por esa pequeña alacena en la que estaba la puerta de 1958, Toledo.

-Tienes una hija, vale. Tienes una hija secreta en 1958. Vale. ¿Pero cómo narices se te ocurre pasarte media vida viajando a esta época para estar con ella? ¿Estás loco? Te van a pillar y ya sabes lo que hacen con la gente que se salta las normas.

-Irene, no podía dejarla sola. Su madre murió cuando era muy joven, necesitaba a su padre.

-Claro que lo necesitaba, pero podías habértela llevado discretamente al presente, joder. - gesticulaba nerviosa mientras miraba asombrada a su viejo y fiel compañero - Vale, vale, pues nos la llevamos ahora. Llamo a Ramirez y que nos prepare un piso y la ves crecer lejos de esta mierda época.

-Irene, verás, ... - arrugaba nervioso su pañuelo de tela entre las manos en un gesto tan poco característico de Ernesto. Siempre firme, siempre en su sitio. Regio, educado, seguro, siempre con las palabras adecuadas. Ese nerviosismo nada característico estaba sacando de quicio a Irene que no podía dejar de mirarle incrédula. - Verás, en esta puerta tiene 26 años.

¡Baam!

Irene golpeó la mesa en cuanto escuchó la última confesión.

-Joder, Ernesto, joder.

-Necesito sacarla de aquí, llevo intentando hacer que se marche de este lugar, que salga de España, mucho tiempo. Pero es terca como su madre y lo que va a suceder en pocos meses... tiene que salir de aquí ya, es de vital importancia. Pero mi última argucia se volvió en mi contra y ahora no se va a marchar porque se ha complicado todo.

-Venga - comenzó Irene llevándose la mano a la cara en un claro gesto de desesperación -¿cómo has podido complicarlo aún más?

-Llevo fingiendo problemas de corazón un tiempo. Estaba casi hecho, yo moriría, ella se marcharía a Paris con su amiga Esther y no volvería a este lugar.

Ernesto se quedó mirando a su vieja amiga que lo único que había hecho era abrir la boca ante tal declaración. Al observar que no iba a decir nada continuó.

-Pero se enamoró, como una chiquilla loca, se enamoró irremediablemente de la hija del patrón. Me recuerda tanto a ti, tan alocada, feminista, adelantada a su época y condenada a vivir su vida siempre mirando por encima del hombro, a puerta cerrada y con miedo. Y ese amor ha hecho que que la hija del patrón haya movido Roma con Santiago y hayan podido traer un medicamento milagroso para la época y ahora mi vida ya no corre tanto peligro y la suya está continuamente expuesta al peligro.

-Ernesto, has fingido estar enfermo, joder, ... y tu hija... - finalmente Irene se movió de la mesa y agarró de la mano a su viejo amigo. - ¿Tu hija es...

-Lesbiana - finalizó él. -Lesbiana en pleno régimen de Franco. Enamorada hasta más no poder de su jefa, hija mediana de una de las familias más influyentes de Toledo. Franquistas, asesinos, corruptos, chalados, chauvinistas. Y la pobre Marta está aguantando la locura de su familia, intentando llevar la empresa, intentando querer a mi Finita, pero no llega y cada vez que vengo y las observo se le ve peor cara y lo más duro está por llegar, tienen que salir de aquí antes de que sea tarde.

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