Especial: Los tres gatos valientes

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-¡Pasidh devuélvelo!-le gritó la unica niña de la familia a su hermano menor, para que le devolviera su peluche de un gato azul

Peluche que para los hermanos mayores era horrible, pero a la niña le gustaba, así que no les importaba mucho, hasta que el segundo menor mostró interés por ese peluche feo.

-¡no, es mío!

-¡mamá!

-ay dios, ya cállense los dos-dijo Ten y le quito el peluche a su hermano pequeño-yo guardaré esto

-¡oye!

-¡no es justo, es mío!

-si, pues tú pequeño hermano también le gusta tu feo peluche, así que hasta que alguno de los dos aprenda a compartir o a no tocar las cosas del otro, este peluche que me da pesadillas se queda encerrado en mi caja fuerte, a no ser que quieras que lo rompa por la mitad para que así cada uno tenga una mitad para jugar

-aish bien, quédatelo-se rindió la mayor

-pero

-nada de peros Pasidh, aprende-dijo y metió el peluche en una caja donde guarda sus cosas, es una caja común y corriente de madera con una cerradura pero cualquiera la puede abrir, pero Ten, como buen hermano mayor, engaño a sus hermanos menores para que no la tocaran y no husmearan en ella-y no hagan mucho ruido, la anciana puede estar medio sorda pero estoy seguro que puede escuchar sus gritos, lo último que queremos es que nos eche, además, Yoyo está durmiendo y desde hace rato vi a mamá algo estresada y preocupada, no necesita más problemas en que pensar por sus berrinches

Dijo y finalmente se sentó en el sofá mientras seguía viendo televisión mientras los menores se encerraban en propio mundo con sus cosas, ósea en sus habitaciones con sus juguetes.

-¿No fuiste algo rudo con ellos?-le preguntó su mayor

-Para nada, a veces tienen que aprender por las malas, ademas no se de que te quejas tú, tú fuiste igual conmigo y con Sorn, de hecho tú eras el que debió regañarlos, no yo, tú eres el mayor

Bambam rueda los ojos-solo te paso por un año, deja de exagerar

Mientras los niños y pre-adolescentes hacían sus cosas, en otra habitación estaba una mujer pelinegra, mientras cuidaba a su último hijo de apenas un año, quien dormía tranquilamente, sin embargo, la mujer no lo estaba, sentía que su esposo estaba en problemas, quería ir a su búsqueda para saber que estaba bien, más, tenía que quedarse a cuidar de sus hijos.

Su esposo había salido para hacer algunas compras, o en todo caso buscar en la basura, ya que eran una familia de cambiaformas de gato y no tenían mucho dinero, si no pasaban unos cuantos días en alguna casa con personas que les de posada o aunque sea un alquiler, la pasan en la calle y con refugios improvisados, por suerte, una anciana los acogió por un tiempo mientras la mujer estaba en estado del pequeño Yoyo, dijo que podían quedarse todo lo que quieran pero tampoco estaba en los planes de los dos adultos en estorbar, y siendo que los cambiaformas crecen rápido, tenían pensado en irse cuando Yoyo tuviera al menos tres años, ya que a esa edad ya tendría una altura e inteligencia para poder ponerse de pie, aprender y hablar sin dificultades, por lo que también sería un poco menos independiente de sus padres y hermanos y hermana mayores, no era problema realmente, ya habían hecho esto mismo cuando esperaban que sus hijos nacieran y crecieran mientras se quedaban en una casa prestada de otras personas y familias que los dejaron quedarse.

Pero la mujer sentía que algo andaba mal, y tendrían que irse de esa casa antes de lo planeado, y teme que no podrán irse todos juntos, así que se vistió y se dispuso a salir para buscar a su pareja.

El Aroma Del Gato Negro [Taeten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora