8. Irresistible

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    Dos meses después de "mucho trabajo", Gwen estuvo recibiendo las llaves de su nuevo apartamento en la ciudad. Aunque aún debía pagar (sin atrasos) un par de meses, el título ya estaba firmado. La propiedad contaba, y Gwen recordaba demasiado bien cada rincón, con un par de baños, habitaciones individuales, una enorme cocina, comedor y una preciosa sala que, gracias a su generoso patrocinador del mes, pudo llenar con los mejores muebles del mercado. 

—¿No es increíble? —preguntó Gwen esa noche, echándose perfume. Tenía cita ese sábado al igual que Peter, quien ya estaba vestido—. Deberías hacer que ese tal Tony te dé, no sé, un auto quizás. Te paga bien, estoy seguro que te lo dará si se lo pides.

—Prefiero que esas cuestiones se queden fuera —dijo, recordando el par de veces que Tony había querido darle dos autos de lujo solo porque sí—. No va conmigo.

—Conmigo tampoco —se apresuró a decir Gwen, levemente atacada—. La diferencia es que yo no me voy a negar si alguien quiere pagarme más de la mitad de un apartamento y muchos muebles, corazón. El señor Roller ha sido demasiado generoso conmigo, no tenía por qué hacerle de menos si, además, estaba pasando una situación difícil.

—La gente con problemas difíciles no se va a Grecia, Gwen —bufó. 

—Fue un viaje de luto, Peter. Necesitaba olvidar a su exesposa después del divorcio.

—¿Llevándote? —inquirió, levantándose de la cama, sintiéndose demasiado estúpido al reprochar algo como eso cuando él ya había cruzado muchas veces esa línea con Tony. 

Gwen dejó de echarse perfume para verle indignada. 

—¿Insinúas que fui para acostarme con él? —escupió, acercándose hacia Peter y haciéndole voltear al sujetarle el hombro con fuerza medida—. No sé qué cosas estás imaginando en esa cabecita tuya, amor, pero jamás me he acostado con alguno de esos tipos. Me lo han propuesto, sí, no te lo voy a negar, pero nunca acepté. Dios, ¿si quiera hay razón para aceptar tener sexo con ellos?

Peter no contestó aquello. Quería decir, ¿tenía cara siquiera para hacerlo? Tenía una cena con Tony esa noche y después, como las cinco últimas veces, se enrollarían en su auto. Si la situación cambiaba, como las dos últimas veces también, quizás solo tendrían sexo y luego una cena ligera para despedirse e ir cada uno a sus casas. 

—Lo siento, yo solo... No debí- Lo siento, Gwen —murmuró, sintiéndose como un desgraciado.

Gwen le tomó del rostro y le plantó un delicado beso en la mejilla, limpiándole después al ver que le dejó la marca de su labial.

—Es un poco frustrante, lo sé —admitió—. Pero es lo que necesitamos ahora. Tenemos más oportunidades con la universidad, nuestro nivel económico creció, podemos estar juntos cuando queramos e ir a donde queramos... Estamos bien así, cielo, aunque sea solo por unos meses más. Prometo que acabaremos con esto pronto. 

Otra vez, Peter se quedó en silencio, y recibió sin muchas ganas el beso conciliador que Gwen le dio. Luego ella solo, ignorando aquella distancia, se apresuró a tomar su bolso de mano, ver la hora en su teléfono, y decirle a Peter que ya debían irse. 

***

Peter sonrió como nunca cuando el auto de Tony se estacionó frente a él.

—Hola, cielo —saludó Tony cuando Peter entró.

—Hola, Tony. 

—¿Quieres ir a comer? Todavía tenemos algo de tiempo —dijo, constatando la hora en su teléfono—. Sí, algo de tiempo. Solo un poco. ¿Nos dará tiempo para algo?

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⏰ Última actualización: Nov 09 ⏰

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