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Tú fuiste ese coro jamás cantado
entre la mañana llena de neblina
y destellos luminosos
del nuevo miedo.

Tú fuiste
ese grito callado
que luego de una tarde de té
la señorita que bailaba
se fue dentro de sus sueños,
y ahí estabas tú:
en la mente de todos
cantando
sentada
con un sombrero
de lana
adornado de plumas
llenas de estrellas
apagadas como tú.

Te encontraron tirada en el piso mientras gritabas los versos de ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora