Driving Me Crazy || Franco Colapinto

1.

—¡Y aquí estamos de nuevo, en el GP de México! —el reportero de FOX Sports habla previo a la carrera. En su cara hay una gran sonrisa, molesta a la vista de algunos. Sus dientes son de ese blanco Hollywood que no a todos le gusta.— El clima esta ideal para unas excelentes carreras, ¿No lo piensas así, Daniel? —hablo al otro conductor.

—Claro que si Harry, ¿Que tal si repasamos el podio del GP de Estados Unidos? —el otro dijo, imágenes de la anterior carrera con los perfiles de cada uno de los corredores, primero apareciendo el de Charles Leclerc. — Charles Leclerc, principal corredor de Ferrari, cinco años ya en la formula 1. Nada más que decir sobre este gran corredor, esta dando mucho de que hablar esta temporada.

—En segund lugar tenemos a Verstappen. ¿Acaso hay que presentarlo? —el otro conductor hablo mientras la imagen de Max con brazos cruzados aparecía en la pantalla junto a sus puntos. —Este esta siendo su año, probablemente este será su cuarto año consecutivo como ganador del campeonato.

—Y en tercer lugar tenemos al corredor más inesperado de esta temporada. O mejor dicho "inesperada" —la pantalla se volvió a iluminar para mostrar una imagen de una chica. Su piel era bronceada, su cabello estaba peinado en un bob tan filoso que parecía poder cortar rozando sus hombros. Su sonrisa era amplia y brillante, tan brillante como el rojo de su traje.— Ferrari nos dio una sorpresa con su formación este año, al menos una buena. Después de treinta y dos años sin una mujer formalmente en la Formula 1, esta joven de tan solo veinte años esta arrasando. Así es como, llegando tercera, sumo quince puntos más para Ferrari en esta temporada. —el conductor ilumino de nuevo todo el estudio con su sonrisa.

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—Angela, deberías tomarte un descanso. —el director del equipo dijo por el radio. En el centro de entrenamiento de Ferrari estaban acostumbrados totalmente a el ruido de los motores, a escuchar constantemente a través de las sordinas como el auto pasaba de 0 a 100 en cuestión de segundos, pero ese ruido había aumentado por mil desde el día que Angela Rost puso un pie ahí por primera vez hace seis años. Por suerte (y desgracia de la gente que vive cerca de la pista), ya no estamos en Italia, si no en México. —Dejaremos de cargarte combustible.

—Frédéric, vinimos temprano a probar para que pudiera dar más vueltas que los demás. —ella respondió desde el otro lado de la radio, su voz cansada y rasposa dada la falta de aire. Es lo que le gustaba, la asfixia, sentir como su pecho se hundía bajo las fuerzas al reducir la velocidad o dar una curva complicada.

—Palabra final. Esta vuelta y paramos. —ella puso los ojos en blanco dentro de su casco. Cuando la vuelta termino, el auto freno al frente, salió del auto, sacándose el casco y el pasamontañas, respirando con dificultad.

—¿Como estuve? —pregunto, su corazón aún intentando calmarse un poco.

—Bien. Siempre estas bien. —Frédéric sonrio, desordenado su cabello, un gesto un poco paternal de su parte. —Más que bien.

—"Mas que bien" no es suficiente, necesito un "Excelente" —ella gruño en frustración. — Charles hizo un tiempo maravilloso.

—Charles tiene años de experiencia, cosa que tú no tienes todavía. —Frédéric dijo en respuesta. —El conoce el circuito, ya ha hecho esto antes. Para ser tu primera vez, estuvo muy bien.

—Excelencia es lo que necesito. No solo ser muy buena. Ya hay muy buenos pilotos, ¿Pero excelentes? Solo unos pocos.—refutó ella, poniéndose la gorra de su equipo. —Yo quiero ser de esos pocos.