El sonido del balón rebotando sobre el césped era lo único que llenaba el aire. Jimin se encontraba de nuevo en el campo de fútbol, con la vista fija en el balón que golpeaba sus pies, pero su mente, como siempre, divagaba.
La realidad era que, a pesar de sus esfuerzos, aún no lograba ser el jugador que quería ser, y mucho menos el que Jungkook esperaba que fuera. Las inseguridades seguían presentes, pero algo más profundo también lo atormentaba: la extraña sensación de estar atrapado en un ciclo sin fin. El deseo de llamar la atención de Jungkook, de ser notado por él, parecía consumirse cada vez más.
Hoy, como siempre, Jungkook estaba en su lugar, apartado del resto, mirando los entrenamientos con esa calma fría que siempre lo había caracterizado. Jimin, por otro lado, luchaba por intentar destacar, pero lo único que lograba era sentirse más pequeño en comparación.
Los otros jugadores a veces le daban ánimos, pero sus palabras solo aumentaban la presión. Parecía que todos veían lo que Jimin no podía ver: su esfuerzo sin resultadosA lo largo de las semanas, Jimin había comenzado a notar que su deseo de agradar a Jungkook estaba creciendo en proporciones que ni él mismo entendía. Era como si estuviera constantemente buscando algo en sus ojos, una señal de que finalmente lo veía. Pero no lo hacía, no en la forma en que Jimin lo necesitaba.
En los entrenamientos, cuando Jungkook lo observaba, Jimin trataba de brillar, de ser el mejor. Y aunque Jungkook a veces le daba una palmada en el hombro o le decía que lo estaba haciendo bien, Jimin sentía que era solo una formalidad. No había esa chispa que tanto anhelaba, esa mirada de admiración o incluso una sonrisa sincera que dijera: "Vas por buen camino".
Un día, después de un entrenamiento especialmente agotador, Jimin se encontraba sentado en el borde del campo, secándose el sudor de la frente. Observó a Jungkook a lo lejos, quien estaba rodeado por algunos de los chicos del equipo, charlando de manera relajada. En ese momento, algo dentro de Jimin se rompió. La frustración, la tristeza y el dolor comenzaron a acumularse como una bola de nieve que caía a gran velocidad.
Jimin se levantó de golpe, sin pensarlo. La emoción lo estaba llevando a un punto de no retorno. Se acercó a donde Jungkook estaba, con paso firme, pero en su pecho sentía esa mezcla de ansiedad e incertidumbre. Al llegar, los demás chicos se apartaron y Jungkook lo miró de manera indiferente.
"¿Qué pasa, Jimin?" preguntó Jungkook, sin mucha expresión en su rostro.
Las palabras salieron de Jimin más rápido de lo que pudo controlar: "¡¿Por qué no me ves?! ¿Qué más tengo que hacer para que me prestes atención? ¡¿Qué más quieres de mí?!"
El silencio invadió el campo. Los chicos que estaban cerca miraron hacia abajo, evitando hacer contacto visual, y Jungkook se quedó quieto, observando a Jimin, pero sin dar una respuesta inmediata. Jimin sentía que cada segundo que pasaba sin respuesta lo hundía más en su angustia.
"No entiendo lo que estás diciendo, Jimin," dijo Jungkook finalmente, su voz más suave de lo que Jimin había esperado. "¿Acaso te crees que todo esto se trata de ti? Yo... solo quiero que seas tú mismo. Si no lo entiendes, no puedo hacer nada al respecto."
Las palabras de Jungkook lo golpearon como un puño en el estómago. ¿Solo ser él mismo? ¿Eso era todo? ¿Tan simple era todo lo que había estado buscando? Jimin se quedó allí, paralizado, con el corazón latente en sus oídos. Su rostro se sonrojó de la vergüenza, y su mente comenzó a dar vueltas. ¿Estaba tan ciego que no había visto lo obvio?
Esa noche, Jimin se acostó en su cama con los ojos abiertos, mirando al techo. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido en el campo. Jungkook, con su usual calma y frialdad, había dicho algo que, en ese momento, le dolió más de lo que hubiera esperado: ser él mismo. Pero, ¿cómo podía serlo si nunca había dejado que su verdadero yo saliera a la luz? Siempre había estado en función de lo que los demás querían ver de él, de lo que su familia esperaba, de lo que sus amigos pensaban de él.
En ese momento, Jimin se dio cuenta de que había estado viviendo para complacer a los demás, y no para sí mismo.
El sentimiento de impotencia lo invadió por completo. ¿Acaso Jungkook nunca había visto lo que él realmente era? La rabia y la frustración comenzaron a mezclarse en su pecho. Estaba tan acostumbrado a ser admirado, a ser el centro de atención, que nunca se había detenido a preguntarse si realmente se sentía satisfecho con su vida. ¿Qué pasaría si lo intentaba de nuevo, pero por su cuenta, sin buscar la aprobación de nadie más?
Al día siguiente, Jimin decidió que ya era hora de cambiar. Ya no quería hacer todo por obtener la atención de Jungkook. Iba a entrenar por él mismo, iba a encontrar su propia pasión en el fútbol y no depender de la mirada de otros.
Pero, aunque esta decisión lo llenó de determinación, había algo dentro de él que no podía dejar de sentirse atraído por Jungkook. Sus palabras seguían dando vueltas en su cabeza, pero a pesar de todo, algo en su corazón seguía pidiendo más.
El entrenamiento continuó, pero ahora Jimin se encontraba más centrado. Sus movimientos eran más fluidos, más decididos. A pesar de las caídas y los errores, algo había cambiado en su interior.
Por primera vez, sentía que no jugaba solo para encajar o impresionar, sino porque realmente disfrutaba el juego. Y, al hacerlo, algo en su relación con Jungkook comenzó a transformarse, aunque de una manera sutil.
Jungkook seguía observándolo desde la distancia, pero ahora no era como antes. No estaba ahí para juzgar o para esperar algo de él.
En su mente, Jimin ya había comenzado a ver lo que Jungkook le había dicho: lo importante era el esfuerzo, la dedicación y, sobre todo, la autenticidad.Y aunque a veces sus inseguridades volvían a aparecer, Jimin estaba aprendiendo a dejar que su verdadero yo brillara, incluso si eso significaba que Jungkook nunca lo mirara de la manera en que él había esperado.
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𓂀 ℂ𝕠𝕟𝕢𝕦𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕝 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫ó𝕟 𓂀 kookmin
FanfictionJimin hijo único de una familia adinerada, con una vida llena de lujos, amigos y todo lo material que podría desear. Sin embargo, hay algo que le falta: el amor y la atención de Jungkook, el popular capitán del equipo de fútbol de su escuela.