Aimi pegó un grito de dolor y se tiró al suelo a vivo llanto. Una lágrima recorrió la mejilla de Conrad mientras se tocaba el colgante.
-Ellos...eran buenas personas, me acogieron sin preguntar nada -Apretó sus dientes y la centró en su mirada -¿Por qué lo hiciste? -gritó para arremeter contra ella y cortarla en diagonal, haciéndola sangrar, llena de sorpresa.
Conrad se preparó para incrustársela por la espalda, pero un conejo amarillo apareció en medio y lo pateó, alejándolo, mientras Lía no hacía más que sonreír.
-Eres casi tan bueno como mi maestra, es fabuloso. Debo admitir que me tomaste por sorpresa, pero qué harás en contra de mi martillo -dijo ella para agitarlo en dirección a Aimi.
Una miríada de agujas salió detrás del martillo tras ella, haciéndola acurrucarse del temor, pero Conrad se colocó en medio en el momento exacto, repeliéndolas eficientemente.
-No te preocupes, Aimi, te protegeré -dijo para lanzarse sobre Lía, obligándola a retroceder.
La chica conejo se encontraba en completa desventaja. Los consecutivos espadazos de Conrad no se detenían ni con las agujas sorpresa ni con los conejos que aparecían y desaparecían, ni tiempo para recitar algún ritual tenía. En poco tiempo terminó llena de cortes y, en cuanto Conrad estuvo a punto de apuñalarla, los tres conejos aparecieron alrededor de ella, teletransportándola donde Aimi, amenazando con asesinarla.
Conrad no tardó ni una fracción de segundos en lanzar su espada, a ciegas, atravesando al conejo morado que apareció para protegerla y ganando el tiempo necesario como para llegar hasta donde ella y lanzarla de allí tras deshacerse de los otros dos conejos.
-¿Por qué haces esto? -le gritó al ver a los tres conejos desaparecer nuevamente -¡La violencia nunca es la solución! -
Rió. Con su cara ensangrentada se levantó y le apuntó con el martillo, pero esta vez las agujas estaban imbuidas con magia de hielo, por lo que cuando las evitó con su espada, esta quedó congelada y Aimi, que se encontraba detrás, completamente encerrada.
-¡Demonios! Me atrapó -se dijo Conrad, pensando en una forma de escapar.
-¿La violencia no es la solución dijiste? ¿Por qué no lo demuestras? -le gritó mientras tocaba el suelo, congelándolo y formando estacas en dirección a él.
Este se vio obligado a cargar a Aimi y saltar, pero los tres conejos aparecieron a su alrededor, teletransportándolo donde la villana, quien tenía un ritual de hielo reparado para asesinar a Aimi.
Su mano se cubrió de hielo, formando una súperestaca y Conrad lanzó a su prometida para recibir el golpe de lleno.
Giró con fuerza, fragmentando la estaca y clavándole la espada en el corazón, pero al estar congelada, se fragmentó al atravesar solo un poco de la piel, desviándose hasta el estómago y quedando completamente inservible.
Sacó su segunda espada y así con funda y todo la golpeó en la cabeza, pero esta creó tantas estacas de hielo a su alrededor que el héroe fue lanzado al defenderse hasta donde se encontraba la prometida.
-¡Conrad! ¿Te encuentras bien? -
-Tranquila, ganaré, solo debo averiguar cómo lidiar con su magia y evitar que realice rituales. Te protegeré cueste lo que cueste, tenlo por seguro -
Lía rio a carcajadas -¿En serio crees que puedes vencer a un ritual con movimientos de kung fu? Será divertido mostrarte cuán equivocado estás -dijo, preparándose para usar sus poderes, pero en cuanto reconoció la espada que llevaba Conrad, su expresión facial cambió y dio un paso atrás, preparada para la inganable pelea que le esperaba, pero al ver la cara de confusión de su portador, volvió a relajarse.
ESTÁS LEYENDO
Lía
FantasyConrad Takasekai es un alegre chico de 950 años que nació en un mundo repleto de magia sin la capacidad para usarla. Un día persigue a su padre a una misión secreta y termina perdido en un mundo de demonios, pero solo ese no será su problema, pues e...