𝐇𝐚𝐭𝐞𝐫 [𝐒.𝐏. 𝐋.𝐍 . 𝐌.𝐕]

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐕

Escuchen la canción, es una orden..🖤

Desconocido Alfa.

No soy de los que se impacientan fácilmente. Cada movimiento, cada gesto, lo planeo con precisión, como una serie de pasos coreografiados en una pista de baile letal. Desde el momento en que lo vi por primera vez, supe que Lando sería un desafío. No un obstáculo, no un enemigo; más bien, un rompecabezas que se me antoja peligroso resolver.

Observarlo en silencio ha sido un juego fascinante. Lando, tan seguro de sí mismo, tan decidido. Su mirada parece siempre fija en la meta, confiada y despreocupada. La primera vez que lo vi, pensé que sería cuestión de tiempo antes de que esa misma seguridad le jugara en contra. Y no estaba equivocado.

Su nombre resonaba entre los pasillos del circuito, y siempre parecía tan cómodo, tan en control de todo lo que hacía. Pero todos tienen un punto débil, algo que los hace tambalearse. Y si algo he aprendido es que el poder de una amenaza no está en el acto mismo, sino en la incertidumbre que se instala en la mente del objetivo, como un veneno de efecto lento.

He pasado años perfeccionando el arte de acechar desde las sombras, de manipular sin ser visto, de tejer redes que solo unos pocos pueden vislumbrar cuando ya es demasiado tarde. Lando es el tipo de objetivo que me hace sentir esa adrenalina única, el placer de quebrar a alguien que ni siquiera sabe que está en peligro.

Las notas comenzaron de forma sencilla, pequeñas advertencias escondidas en la discreción de su habitación de hotel o en su driver room. A veces, un mensaje en el espejo empañado del baño; otras, un papel doblado que parecía insignificante, pero que contenía un mensaje claro: "Estoy más cerca de lo que crees."

No necesito que él sepa quién soy aún. No. Lo único que busco es sembrar en él una duda que lo carcoma, que le haga mirar por encima del hombro, que lo distraiga cada vez que se suba al monoplaza. En una carrera donde cada milisegundo cuenta, esa es mi mejor arma.

Oscar y Carlos lo saben. No son ajenos a mi propósito ni a mis métodos, aunque no entenderán jamás la intensidad con la que me muevo en la sombra. Son parte del engranaje de esta trama, piezas que muevo con cuidado y cuya lealtad he ganado, en silencio. No necesitan saber demasiado, sólo lo suficiente para ejecutar sus partes y mantener la sincronización perfecta de este juego.

Es irónico que todos hablen de lealtad en este mundo, de respeto entre compañeros, cuando en realidad el circuito es un campo de batalla disfrazado. Todos están dispuestos a traicionar, a quebrantar la confianza si eso les da una ventaja. Lando no es diferente, aunque todavía no lo sabe. Para él, esta temporada es una oportunidad de consagrarse, de convertirse en algo más que una simple promesa. Lo que no entiende es que no lo dejaré llegar tan lejos. Su éxito es una amenaza para mí, y no permitiré que nadie me quite lo que he construido.

Cada nota que le dejo es un recordatorio de mi presencia, una advertencia de que siempre estaré un paso adelante, acechando en las sombras.

Lando encontrará otra nota esta noche. Será simple, apenas unas palabras en la almohada de su cama: "No puedes esconderte." Es suficiente para hacer que sienta mi presencia en cada rincón, que despierte sobresaltado, imaginando sombras que no existen. Y eso es justo lo que quiero. Quiero que la lea en la penumbra de su habitación, que la sostenga en sus manos temblorosas mientras intenta desentrañar lo que significa. Que esa frase se le quede grabada en la mente, atormentándolo incluso en sus sueños.

Quiero que la lea en la penumbra de su habitación, que la sostenga en sus manos temblorosas mientras intenta desentrañar lo que significa. Que esa frase se le quede grabada en la mente, atormentándolo incluso en sus sueños.

Quiero que la lea en la penumbra de su habitación, que la sostenga en sus manos temblorosas mientras intenta desentrañar lo que significa. Que esa frase se le quede grabada en la mente, atormentándolo incluso en sus sueños.

Mis intenciones hacia él son mucho más profundas de lo que cualquiera entendería, pero no es el momento de revelarlas. Que siga corriendo, que siga tratando de convencerse de que está seguro, de que el miedo que empieza a sentir es solo un error, una paranoia pasajera. Pero poco a poco, sus reflejos se alterarán, su concentración se quebrará... y entonces, lo tendré.