Bubblegum Ice Cream | Kooktae AU

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Una vida nunca será suficiente para amarte como te mereces

Taehyung era un chico único, él lo sabía y podía sentirlo incluso desde muy pequeño. Siempre todas las cosas que hacía o decía eran contrarias a las ideas de sus padres, principalmente de su madre quien siempre le corregía por absolutamente todo.

Sabía que era peculiar, aunque nunca pudo notar la magnitud realmente, esa diferencia entre él y otros niños se hizo notoria cuando estro a la primaria. Fueron los peores años de su vida, en un lado tenía a su madre diciéndole que hacer y que decir, mientras del otro estaban sus compañeros juzgándolo por quien era.

Lo único bueno que había en el pequeño Taehyung era que solía ser el mismo siempre, fue hasta la secundaria que escondió su verdadero yo, si los niños que había conocido eran crueles, ahora sus nuevos compañeros era mucho peor. Ni siquiera se dio cuenta en el momento en el que se convirtió en alguien contrario a sí mismo.

Para ese entonces lo único que quedaba de Taehyung era el nombre, y realmente nunca se preocupó en cambiarlo, en vez de ello consiguió un refugio en su soledad, se acompañaba a sí mismo y se daba palabras de ánimo, no puede decir que algún buen amigo le daba consuelo porque nunca tuvo uno, siempre fueron compañeros, malos compañeros.

Así que si, esa sonrisa llena de luz y energía de un niño feliz al que no le importaba el qué dirán se fue apagando con el paso de los años. El Taehyung adulto intentó cambiar eso, pero todas las voces habían quedado grabadas en su cabeza y su voz propia no era capaz de ser más fuerte que ellas. Se sentía perdido entre quién era y quien fingía ser para no seguir oyendo críticas.

Pero un día de la nada sintió que debería dejar de importarle y sobre todo afectarle todo eso, así que empezó a hacer cosas que siempre le habían gustado de niño, su único limitante era ser un universitario pobre dentro de una familia disfuncional. El único gusto que podia permitirse era comer helado de chicle todos los fines de semana, de ahí su gusto por aquel sabor.

Toda su infancia había visto ese helado azul lleno, sin que nadie lo comprara y siempre quiso hacerlo, pero su mamá solo compraba vainilla, así que fue hasta sus veinte años que pudo sanar poco a poco a su niño interior, luego siguió el cabello.

Aún recuerda con diversión la cara de su madre cuando lo vio llegar rubio a casa, casi se vuelve loca, pero quizás para es Doug o Taehyung estaba más loco que ella. Dos meses después consiguió el dinero para teñirse de azul y el resto es historia. Quizás fue el destino, una casualidad o lo que se merecía.

Pero Taehyung y Jungkook se encontraron, dañados y rotos por dentro, pero supieron dañarse, trabajaron en sí mismos para poder amar al otro como correspondía, lucharon contra su mente y crecieron como personas para poder decirse te amo sin ataduras.

El tiempo y el amor siguen siendo una locura pero juntos realmente todo es mejor, a veces solo tienen que verse a los ojos y sonreírse para saber que todo estará bien.

¿Así es el amor no?

Explosivo. Impredecible. Perdurable. Único.

Jungkook llegó al departamento de Taehyung con todas sus cosas un domingo por la tarde. Habían hablado y pensado muy bien en dar el siguiente paso. La convivencia sonaba como una nueva y significativa etapa en su relación.

Creían que era tiempo de empezar a formar una vida, juntos y en confianza. Los tres amaban el departamento de Taehyung, era grande y estaba bien amueblado, además de que cuando él rubio empezó a trabajar le hizo algunas mejora y decoraciones que de verdad se sentía la calidez de un hogar, del hogar de Kim Taehyung.

Ahora también de su novio, Jeon Jungkook.

Como hicieron cuatro años atrás, los tres, Jungkook, Taehyung y Yoongi, se juntaron para llevar a cabo la mudanza. Tomaron un poco de vino y disfrutaron de una tarde de amigos mientras veían películas.

La vida era mejor si estaban juntos y cuando lo descubrieron sabían que no pensaban cambiar eso. Si algo es bueno lo único que queda es mejorarlo. Así que pasaron de tener su propia habitación a compartir una. Si, todo iba a mejor con el paso del tiempo.

—Ha sido un buen mes—Jungkook llegaba al departamento, en la entrada se quitaba los zapatos—, hola cariño.

—Sip, ha sido bueno, me gusta que estés aquí—eran las primeras semanas que pasaban viviendo juntos, realmente habían encajado muy bien.

—Ven, traje la cena.

Taehyung se acercó a Jungkook y lo abrazó, le encantaba eso, normalmente Taehyung llegaba antes a su hogar y lo esperaba en el sofá mientras veía la televisión o hacía algo del trabajo, cuando Jungkook llegaba siempre lo recibía con un abrazo, se sentía tan hogareño, tan perfecto.

No recordaba que su vida había sido mala antes de Jungkook, pero había aprendido que haberlo conocido no era un nuevo comienzo, quizás era el verdadero inicio de su vida.

Se adoraban, se amaban y se lo demostraban a diario. Su amor se basaba en pequeños detalles que los enamoraban más, pero también en detalles grandes que les recordaban lo mucho que les importa ese amor. Jungkook adoraba amar a Taehyung y él también amaba amarlo.

Sabían que eran la pareja perfecta, a pesar de sus diferencias y de algunas discusiones de pareja en convivencia normales, sabían que no había nada más fuerte que el amor que sentían por el otro. No necesitaban palabras, sabían que tenían todo el tiempo del mundo para decirse todo, incluso si a veces no parecía suficiente. Les aterraba de vez en cuando sentir que el tiempo era un suspiro porque los años son cortos y quizás nunca les de el tiempo para amarse.

Pero el amor nunca se ha medido con tiempo.

Dos chicos que se aman, que aceptan sus diferencias y que abrazan con amor sus yo del pasado. Taehyung el chico helado de chicle y Jungkook, su primer y uno buen amor.

Bueno, aquí termina Bubblegum Ice Cream, espero les haya gustado tanto como a mi. Muchas gracias por llegar hasta aquí personitas 🤍