Capítulo 9

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La noche después de su llamada con Yuri, Kitty apenas pudo dormir. Su mente giraba en torno a la revelación de Yuri sobre su madre y las luchas que enfrentaba. Ahora tenía claro que la historia entre ellas no solo se trataba de sentimientos no resueltos o del dolor de una separación, sino de una batalla que iba más allá de sus propias decisiones y emociones.

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Al amanecer, Kitty decidió que era hora de dar el siguiente paso. No podía quedarse sin hacer nada, sabiendo que la madre de Yuri planeaba controlar cada aspecto de la vida de su hija, incluso su relación con ella. Necesitaba volver a Corea.

Mientras Kitty preparaba sus cosas, su mente estaba llena de ideas sobre cómo enfrentaría todo. No tenía un plan claro, pero confiaba en su capacidad de adaptarse y actuar cuando el momento lo requiriera.

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Mientras tanto, en Seúl, Yuri se encontraba en su habitación, reflexionando sobre su propia vida. Después de su conversación con Kitty, algo en ella había cambiado; se sentía decidida a enfrentar a su madre y tomar control de su propio destino. Sin embargo, sabía que sería una batalla complicada. Su madre tenía una influencia enorme y no se detendría fácilmente.

En medio de estos pensamientos, Yuri recibió un mensaje de su madre, convocándola a una reunión familiar esa misma tarde. El tono autoritario y sin opciones era característico de ella, pero esta vez Yuri no se sintió intimidada. Decidió que aprovecharía la ocasión para confrontarla.

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Horas después, Kitty aterrizó en Corea. Sentía una mezcla de ansiedad y emoción al caminar nuevamente por los pasillos del aeropuerto que había dejado atrás. No sabía cómo sería el reencuentro con Yuri, pero estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para ayudarla a recuperar su libertad.Para su sorpresa, al salir del aeropuerto, vio a alguien familiar: Juliana. La joven estaba esperando con los brazos cruzados, luciendo impaciente. Kitty parpadeó, incrédula.

—¿Juliana? ¿Qué estás haciendo aquí?

Juliana esbozó una sonrisa de complicidad.

—No pensaste que dejaría que vinieras sola, ¿verdad? Yuri significa mucho para mí también, y si algo me quedó claro es que ella necesita apoyo, y parece que tú también.

Kitty se sintió agradecida por la presencia de Juliana. Sabía que, aunque la relación entre ellas había comenzado de una manera complicada, ahora compartían el mismo objetivo.

—Gracias —dijo Kitty, conmovida—. ¿Tienes algún plan?

Juliana asintió.

—Conozco a alguien que puede ayudarnos. Es un periodista de confianza que ha estado investigando las acciones de la familia de Yuri desde hace tiempo. Si conseguimos reunir evidencia sobre el control que su madre ejerce sobre ella, podríamos exponer todo públicamente y presionar para que la dejen en paz.Kitty se sintió nerviosa, pero también vio una luz de esperanza en esa idea. Sabía que exponer algo así sería riesgoso, pero si lograban que la verdad saliera a la luz, la madre de Yuri se vería obligada a ceder.

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Más tarde, en la reunión familiar, Yuri se sentó frente a su madre, quien, como siempre, lucía impecable y fría. La tensión en la sala era palpable, y Yuri se sentía más decidida que nunca a enfrentarse a ella.

—Entonces, Yuri —comenzó su madre con voz controlada—. Escuché que has estado teniendo ciertos... deslices. Creo que es hora de que volvamos a retomar el control sobre tu vida.

Yuri la miró con firmeza.

—Mamá, no quiero volver a la vida que tenías planeada para mí. No quiero seguir fingiendo ser alguien que no soy. Quiero tener la libertad de amar y estar con quien decida, sin tener que esconderme o vivir bajo tus expectativas.

That FeelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora