Capítulo 10

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Esa misma noche, después de su encuentro en el parque, Kitty y Yuri sentían como si el peso de sus problemas hubiera disminuido ligeramente. Sin embargo, sabían que aún les aguardaban obstáculos. Decidieron pasar la velada juntas, compartiendo sus pensamientos y anhelos en una cafetería alejada del bullicio.

Kitty miraba a Yuri con una mezcla de nervios y emoción. Sentía que cada día que pasaba, sus sentimientos se intensificaban, y aunque temía decirlo en voz alta, sabía que tarde o temprano tendría que confesárselo.

-¿Te has dado cuenta de lo lejos que hemos llegado desde la primera vez que nos conocimos? -preguntó Kitty, rompiendo el silencio.

Yuri le sonrió, asintiendo mientras se llevaba una taza de café caliente a los labios.

-A veces no puedo creerlo. Todo lo que ha pasado... y aquí estamos, de alguna forma, más cerca de lo que podría haber imaginado.

Kitty notó el tono nostálgico en la voz de Yuri y sintió un impulso repentino. Se inclinó hacia adelante, mirándola directamente a los ojos.

-Yuri, no quiero que pienses que tienes que enfrentar esto sola. Si algo te he demostrado es que estoy aquí, y que siempre estaré aquí para ti.

El corazón de Yuri latía con fuerza al escuchar esas palabras. Durante tanto tiempo había construido barreras a su alrededor, especialmente con respecto a sus sentimientos. Pero, mirándola, se dio cuenta de que quizá esas barreras solo le impedían alcanzar la felicidad que deseaba.

-Kitty... hay algo que quiero decirte -murmuró Yuri, sin apartar la mirada.

Kitty sintió un escalofrío de anticipación, como si el momento que tanto había esperado estuviera finalmente a punto de ocurrir. Sin embargo, antes de que Yuri pudiera continuar, un sonido de su celular rompió el momento. Yuri suspiró y miró la pantalla: era un mensaje de su madre.

-¿Todo está bien? -preguntó Kitty, notando la expresión en el rostro de Yuri.

Yuri asintió, pero su mirada se volvió más distante.

-Sí, solo... mi madre. A veces siento que no me dejará en paz nunca.

Kitty apretó la mano de Yuri sobre la mesa.

-No tienes que enfrentarte a ella sola. Aun si es desde la distancia, aquí estoy contigo.

Yuri le dio una sonrisa agradecida, sabiendo que esas palabras tenían un peso real. Había algo en Kitty que le daba la valentía de continuar.

La noche avanzó, y el ambiente entre ellas se tornaba cada vez más cálido e íntimo. Conversaron durante horas, sin siquiera darse cuenta de cómo el tiempo volaba. Era como si el mundo alrededor se hubiera desvanecido, dejándolas en una burbuja de calma y conexión.

A medida que el reloj avanzaba hacia la madrugada, Yuri sintió un impulso que no podía contener. Se acercó más a Kitty, y antes de darse cuenta, sus labios estaban apenas a unos centímetros de los de ella. Los ojos de Kitty se abrieron ligeramente por la sorpresa, pero no retrocedió. Al contrario, sus rostros se acercaron aún más hasta que ambos labios se encontraron en un beso suave y tímido al principio, pero que luego se tornó en uno lleno de pasión y anhelo.

Kitty sintió que el tiempo se detenía, y todos los temores que había tenido sobre sus sentimientos se disolvían. Solo existía Yuri y la intensidad de aquel momento compartido.

Después de unos instantes, ambas se separaron, mirándose con sorpresa y alegría en sus rostros. El silencio entre ellas era cómodo, y no necesitaban decir nada más; ambas sabían lo que ese beso había significado.

That FeelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora