Años que nunca fueron

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No fuimos nada,
pero en mi mente
eras todo:
el susurro en las tardes vacías,
las palabras que nunca se dijeron
en el rincón de una clase cualquiera,
cuando el mundo parecía
solo el lugar donde existías.

Te veo en los pequeños detalles,
en el reflejo de la luna
sobre el pavimento mojado,
en las canciones que no compartimos
y en los mensajes que nunca me atreví a escribir.
Eras un recuerdo sin historia,
un nombre que flotaba en mis labios
como si con solo pronunciarlo
pudiera alcanzarte.

A veces me pregunto
qué hubiera pasado
si mis manos hubieran sido más valientes,
si las miradas hubieran durado un segundo más.
Nos quedamos en las promesas
que solo existen en las películas,
en los sueños breves de una noche de viernes
donde todo es posible
hasta que suena el despertador.

Pero sé que vendrán nuevos días,
días en los que seré solo un eco,
una brisa en tu ventana,
una voz en el viento que se va.
La vida me llevará lejos,
me moldeará,
me hará otra versión de mí,
y tú serás un recuerdo suave,
un suspiro en la nostalgia de lo que nunca fue.

Porque aunque crezca y cambie,
aunque nuestros caminos se deshagan,
en algún rincón de mis años jóvenes,
tú seguirás siendo el amor incompleto,
la historia que nunca empezó
pero que en silencio,
a mi manera,
siempre amé.

 LO QUE NO PUDIMOS SER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora