capítulo 2

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Pasaron los meses y la familia de Chuuya, desesperada por no tener noticias de él, lo dio por muerto. No sabían que su hijo estaba bajo el control de un vampiro malvado. Dazai, siendo el rey de los vampiros, tenía un plan para asegurar la continuidad de su raza. Utilizó a Chuuya para tener cachorros, asegurándose de que su linaje no se extinguiera.

Mientras tanto, los humanos creían que los vampiros habían sido erradicados. Se sentían seguros, ignorantes de la verdad. Dazai, observando desde las sombras, se reía de su ingenuidad. “Qué tontos humanos,” murmuraba con una sonrisa siniestra.

Chuuya, ahora atrapado en la mansión, se encontraba en una situación desesperada. Aunque había dado a luz a los cachorros de Dazai, su espíritu no estaba completamente roto. Buscaba una oportunidad para escapar y regresar a su familia, aunque sabía que sería una tarea casi imposible.

Dazai, por otro lado, se aseguraba de mantener a Chuuya bajo su control, utilizando tanto el miedo como la manipulación. Pero en el fondo, había algo en Chuuya que lo intrigaba, una fuerza y determinación que no había visto en otros.

La mansión, que una vez fue un refugio, se había convertido en una prisión para Chuuya. Sin embargo, su esperanza no se extinguía. Sabía que algún día encontraría una manera de liberarse de las garras del vampiro y recuperar su libertad.

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