— "¡Aquí está!" —. Exclamó Kallan con entusiasmo, retirando la manta polvorienta que cubría la barca auxiliar. El movimiento brusco levantó una nube de polvo que se esparció en el aire, envolviendo la pequeña embarcación en una neblina gris. Lux, sorprendida, estornudó, mientras el polvo le hacía cosquillas en la nariz.
— "Salud" —. Dijo Kallan con una sonrisa, más relajado ahora que el escape parecía seguro. Había alivio en su voz, pero también algo más profundo, una esperanza que intentaba aferrarse en medio de tanta incertidumbre.
Lux le devolvió la sonrisa, aunque era tenue, apenas una sombra de lo que normalmente sería. El peso de la situación la mantenía distante.El aire a su alrededor se volvió más denso. La brisa nocturna, que antes era suave, se tornó gélida, envolviendo el ambiente en una sensación de inquietud. Fue entonces cuando la voz de Lucian irrumpió, firme y severa, como un cuchillo que cortaba el aire entre ellos.
— "Kallan, desata la barca y ponla en rumbo hacia el portal. Deben volver a Demacia de inmediato. Yo me encargaré del último espectro."Sus palabras no eran una sugerencia. Era una orden que cargaba el peso de lo inevitable, como si ya hubiese tomado la decisión por todos.
Lux sintió un nudo formarse en su estómago. La sensación de vacío la golpeó con fuerza, arrastrando consigo una ola de incomodidad y miedo. Su mente intentaba encontrar sentido en las palabras de Lucian, pero no podía evitar sentir que algo estaba mal, terriblemente mal.
— "¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?" —. Preguntó, la confusión vibrando en su voz, dejando entrever su vulnerabilidad.Lucian la miró, su rostro imperturbable, sus ojos fijos en los de ella con una resolución inquebrantable. La brisa fría sopló entre ellos, haciendo que el cabello rubio de Lux ondeara suavemente hacia un lado, como si el viento intentara separarlos aún más. La distancia entre ambos ya no era solo física, sino emocional.
— "Quizás no haga falta que pelees," —agregó Lux, su voz más suave, casi suplicante—. "Puedes venir con nosotros" —. Después de todo, ella había venido en busca de Lucian, con la esperanza de obtener respuestas. Si se separaban ahora, sentía que nunca volvería a verlo.Por un instante, los ojos de Lucian se entrecerraron. Parecía medir cada palabra antes de hablar, pero cuando lo hizo, fue con la misma firmeza y determinación que lo caracterizaban.
— "Es mi trabajo exterminar espectros," —dijo sin titubear—. "Además, tú y Kallan deben ponerse a salvo. No puedo protegerlos."Mientras pronunciaba esas últimas palabras, su mirada se desvió apenas un segundo hacia Kallan, un gesto sutil pero lleno de significado. Era una acusación silenciosa, una confirmación de lo que todos sabían, aunque nadie se atrevía a decir en voz alta: Kallan no estaba preparado para lo que venía.
Lux sintió el peso de esas palabras caer sobre ella como una losa. La decepción la envolvió como un manto pesado, y el vacío en su pecho se transformó en frustración.
— "No tienes que protegernos, Lucian" —. Replicó, su voz más firme, pero teñida de dolor y enojo—. "¿Acaso no viste lo que pasó antes? Nosotros no—"— "Trabajo mejor solo" —. Lucian la interrumpió de golpe, su voz cortante como el filo de una espada. Era una barrera infranqueable, como si cualquier intento de razonar con él fuera inútil.
La brisa volvió a soplar con fuerza, mientras ambos se miraban fijamente. El frío en el aire parecía reflejar el hielo que ahora existía entre ellos. Lux, herida, sintió que su corazón se aceleraba. Estaba a punto de explotar, de decirle todo lo que pensaba sobre su falta de empatía, sobre cómo los estaba apartando como si fueran una carga. Pero justo cuando iba a responder, un sonido áspero interrumpió la tensión entre ellos.
El raspar de la manta siendo arrastrada por el suelo resonó en el aire.
— "Lo siento..." —. Murmuró Kallan con torpeza, sin levantar la mirada. Su expresión era sombría, su mirada triste, como si supiera que Lucian se refería a él.
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Luxanna
FanfictionLa niebla negra ha llegado a Demacia, trayendo consigo un caos inexplicable y aterrador. Su gente está siendo consumida por el miedo, y ninguna fuerza parece capaz de detener este oscuro mal. Lux, con su inquebrantable optimismo y su convicción de q...