Prólogo

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P R O L O G O

La campanilla anunció la entrada de un nuevo cliente, con este sería tres los que había pasada las diez de la noche. Avery levantó la vista cuando, frente a ella se posó un par de tacones negros relucientes. Justo ahí, de pie se encontraba una mujer de cabellos dorados, era la imponente abogada Leslie Abramson, aunque claro, Avery desconocía ese dato.

—Buenas noches, Avery. —Le brindó una sonrisa sincera, observando como se incorporaba y cuadraba los hombros, una postura de alerta que no le pasó desapercibida—. ¿Me permites un momento? Erik me contó sobre ti —A pesar de su tono mediador, para Avery quedaba clara una sola cosa: no había escapatoria.

La pelirroja asintió con un movimiento de cabeza, demasiado rápido para el gusto de la abogada y el suyo, pero nadie podía culparla, esos días habían sido una verdadera montaña rusa para ella, un verdadero caos, en realidad.

—Mi turno termina en cinco minutos —consintió, hidratando sus labios con la lengua, conteniendo el impulso de morderla y así evitar hacer preguntas sobre él.

Controla tu ansiedad. No lo merece.

—Entonces esperaré. —Volvió a sonreírle, achicando sus ojos, con este gesto mostrándose confiable o, eso quiso pensar Avery—. ¿Te gusta el vino? —No espero una respuesta por parte de la menor, Leslie se dirigió rápidamente a una de las muchas mesas desocupada, decidida a esperar a la muchacha el tiempo que fuera necesario.

—Erik habló de tu relación con su hermano —comenzó después de agradecerle al mesero por servir el vino—. La definió como caótica. Pero quiero saber tu punto de vista..

Para entonces, Avery ya sabía de la participación de Leslie en el caso de los hermanos. No solo llevaría la defensa de Erik, sino que también apoyaría a Lyle. En secreto, escucharla le produjo un alivio, aunque luego se repudió por sentirse tan débil al seguir pensando en él

—Lo nuestro fue intenso… —murmuró, perdida en su recuerdo. Erik no mintió en sus palabras, pero tampoco sabía toda la verdad. Él no estuvo en los buenos momentos, no lo vivió en carne propia. Eso lo hacía ajeno a su historia.

—¿Intenso en qué sentido? —la voz de Leslie la sacó de su ensimismamiento. Necesitaba mantenerla presente.

—En todos los sentidos. —Con un suspiro, inclinó el cuerpo ligeramente y desvió la mano para tomar la copa de agua. Al hacerlo, la abogada notó el pequeño bulto en el vientre de la pelirroja, una evidencia silenciosa de una nueva vida.

Un motivo con más peso para luchar por la libertad de esos chicos.

—Cuéntame más, por favor. —Leslie no apartó la mirada, tratando de entender la profundidad del vínculo que describía.

—Eran momentos que desafiaban la lógica, instantes en los que el mundo dejaba de girar. —su voz se suavizó, volviendo a esos recuerdos—. Lyle era... todo lo que soñé, pero también todo lo que temí.

La abogada comprendió que detrás de cada palabra había un mar de emociones contenidas.

—¿Y ahora? —preguntó—. ¿Qué sientes ahora?

—Confusión, miedo... y aún ese amor intenso. —Los ojos de Avery se llenaron de lágrimas—. Pero no puedo permitir que esto me consuma. No ahora.

Leslie se inclinó hacia adelante, ofreciéndole un apoyo silencioso con su mirada, mientras ella respiraba hondo, tratando de encontrar la fuerza para continuar.

—¿Cómo conociste a Lyle, en prmer lugar? —No comentó nada respecto al embarazo, quería ganar primero su confianza.

La pelirroja embozó una sonrisa involuntaria, la sonrisa de alguien enamorado a criterio de Abramson.

—Es una historia bastante larga. —Una risita brotó de sus labios, como una niña descubierta en una travesura.

—Por suerte, tengo dos horas libres para escuchar la primera parte, querida. —Llevó la copa a su boca y cuando la dejó sobre la mesa, la miró como solo una madre miraba a su hija, Avery lo supo, esa señora pelearía con uñas y dientes por defender a sus chicos.

Y Avery la ayudaría. Lo haría por el bien de todos. Por el bien de su conciencia. O tal vez, quería ayudar en nombre del amor que aún sentía por Lyle.

     

Avery || Lyle Menendez (Nicholas A. Chavez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora