Capítulo 2
Estando en la penumbra de su apartamento, la soledad se hizo más intensa, una sombra persistente desde la última vez que lo vio. Los recuerdos eran como un látigo implacable, golpeando sin piedad su corazón, incluso la idea de su bebé no conseguía apaciguarlos.
Su mente vagaba hacia el pasado, al día en que lo conoció…
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—¿A dónde irás? —su voz resonó a mis espaldas y mi mano se congeló en el pasamano de la puerta.
—A mi casa, por supuesto. —Sentí la vergüenza arder en mi sangre mientras respondía en un susurro, casi perdido por el bullicio del tránsito afuera de la estación.
—¿No tienes hambre? —inquirió Erik, su hermano. No podía ver su rostro, pero podía imaginar la calidez y comprensión en su expresión.
¿Sabe realmente por qué había tenido que sacarme de la cárcel?
—Comeré cuando llegue. —Estaba a punto de salir cuando Lyle empujó la puerta, llevándome con él.
—Con este clima, ni pensarlo —acotó, su mirada fija en el cielo oscuro, indicando que la lluvia podía caer en cualquier momento—. Vete a casa.
Erik no se negó al pedido de su hermano, pero antes de subir a su auto, se despidió con una bonita sonrisa en sus labios.
—Cuídate, pelirroja. —dijo, y su voz tenía un toque de calidez que logró aliviar un poco la tensión en el aire.
La tensión volvió apenas nos quedamos solos. No quería mirarlo a los ojos; me sentía mal por lo que le había hecho. Evitaba enfrentarlo porque sabía que probablemente estaba pensando lo peor de mí. No obstante, tenía que hacerlo, necesitaba pedirle una disculpa.
Para estar bien no solo con él, conmigo misma también.
—Lyle, lo siento mucho, ¿sí? —rompí el silencio, mi voz temblando —. Yo… Sé que no tengo justificación y aceptaré cualquier insulto que quieras decirme ahora… De verdad, lamento mucho lo de tu billetera…
—Eres una pésima ladrona, ¿lo sabes? —se burló, pero no había maldad en su risita.
Cuando levanté la mirada, me mató la tierna diversión en su rostro. Sus ojos achicados y la sonrisa sincera iluminaban su cara, como si todo el peso del mundo se hubiese desvanecido por un instante. Esa calidez inesperada me dejó sin palabras.
—Si quieres que te disculpe, tendrás que venir conmigo a comer. —advirtió, obstinado a no aceptar un “no” respuesta—No quiero comer solo, y sabes que me debes una.
—Gracias, Lyle. —No fue por su invitación a comer, él no lo sabía, pero sus palabras me reconfortaron más de lo que esperaba, jamás imaginé que sería tan comprensivo.
Acepté su oferta, y mientras comíamos las mejores hamburguesas de toda California, Lyle aprovechó para preguntarme por qué lo había hecho.
—Necesitaba el dinero… —admití con sinceridad—. Estoy pasando por un momento difícil y no sabía a quién más recurrir.
—Ahora cuentas conmigo y con mi hermano.
¿Contaba con él, de verdad?
Desvié la conversación hacia su padre. Me parecía un señor autoritario, el típico patriarca al que las cosas se tienen que hacer como él dijera, sin aceptar ninguna objeción. Le pregunté por qué había sido tan duro con él cuando me arrestaron.
—Mi padre siempre ha sido así —contestó Lyle, suspirando—. Es exigente y no acepta errores, pero sé que lo hace porque quiere lo mejor para nosotros.
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Avery || Lyle Menendez (Nicholas A. Chavez)
FanfictionAvery Wilson pasó de vivir una relación clandestina con Lyle Menendez a estar en el ojo público tras la trágica muerte de sus padres, y es que, hace unos meses, su noviazgo era, incluso, un amor prohibido. Sabía que José no expresaba cariño alguno p...