𝟎𝟓

2 0 0
                                    

— Advertencia contenido explícito.
(No sexualizo a los personajes mencionados)
Nada de lo que se narra es real.

NARRA MINHEE.

El agua mojaba mi cuerpo mientras me enjabonaba, cuando terminé de ducharme tome una toalla y la enrolle en mi torso. Salí del baño y me dirigí al armario para escoger mi outfit de hoy pero unos toques en la puerta me desconcentraron y fui a abrir la puerta de la habitación dejándome ver a Jungkook, al verme solo en toalla se relamió los labios y me miró.

— Venía a decirte que el desayuno está listo.—Rascón su nuca con nerviosismo.

— De acuerdo, en un rato bajo.—Dije son una sonrisa e iba a cerrar la puerta pero él la detuvo con el pie.

— Espera.

— ¿Que pasó?—Me sonrojé.

— Ahora si te puedo dar tu recompensa.—Sonrió mostrando sus dientes de conejo.—Claro, solo si tu quieres.

— Tendríamos que ser algo para... ya sabes.—Dije soltando un suspiro.

— Entonces por qué siempre me dejas besarte, si no somos nada.—Dijo haciendo señas con las manos de comillas.

Me quede callada y ya no supe que decir, Jungkook terminó de entrar en la habitación y colocó sus manos en mi cintura, mi zona de sentía resbalosa, pues me encontraba mojada.

— Déjame hacerte mía, MinHee.—Dijo con tono de súplica.

— Tenemos mucha diferencia de edad.—Dije nerviosa y bajé la mirada.

— Hey.—Levantó mi barbilla.—Diecinueve años y veintisiete años no es nada.—Soltó una risa.

— ¿Qué?—Me quede boquiabierta.—¡Pero si eres un total viejo!—Exclamé riendo y el me fulminó con la mirada.

— No estoy tan viejo.—Escondió su rostro en mi cuello y lo olfateó como un perrito hambriento.

— ¿Aún así puedes embarazarme o no?—Sonreí.

— ¿A que viene esa pregunta?—Dijo sorprendido y me miró.

— Sería lindo tener un mini kook corriendo por toda la casa.—Pucheree.

— Joder, estás loca.—Dijo riendo y me dió una nalgada.

— Hmm... entonces hazme tuya, pero...—No sé cómo decirle que soy virgen.

— ¿Pero... qué?—Acarició mi mejilla.

— Nunca lo he hecho.—Al decirlo Jungkook de inmediato esbozó una sonrisa.

— Me da alegría ser el primero en sentir lo apretadita que estás.—Dijo y yo me sonroje.

— ¡Jeon!

— Ya ya... está bien.

— ¿Me va a doler?—Dijo haciendo ojitos de cachorrito.

— Con el tamaño de mi polla... quizás si.—Sonrió y yo fruncí el ceño.

— Ni que lo tuvieras tan grande.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐌afia's bossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora