𝟎𝟐

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Llegué a paso rápido hasta la comisaría, los latidos de mi corazón estaban acelerados, sentía que iba a vomitar mi propio corazón. Al entrar busque a mi padre con la mirada, hasta que vi que estaba sentado frente a un escritorio diciendo cosas, me fui a las sillas que estaban cerca de allí que eran para acompañantes y me senté mientras esperaba que terminara de hablar con el oficial.

Pero algo me tenia inquieta desde hace rato, sentía una mirada sobre mi que me incomodaba, ¿mi short era muy corto? Traté de buscar quien era el que me miraba, pero seguro eran solo instintos míos y nadie me estaba viendo... hasta que encontré al que me miraba descaradamente.

Venía entrando, era un hombre, alto, muy alto, llevaba un piercing en su labio inferior y otro en su ceja, se veía jodidamente atractivo, llevaba unos jeans negros formales y una camisa blanca formal, sus mangas estaban dobladas y pude ver su mano y brazo lleno de tatuajes, los primeros botones de su camisa estaban desbotonados. Sus ojos eran oscuros pero tenían un brillo de lujuria cuando me miraba.

Que guapo.

Hasta que me deje de mirarlo por vergüenza, ¿se habrá dado cuenta? ni idea. De pronto vi como mi padre se levantó y se acercó al hombre anteriormente mencionado, el hombre discutía con mi padre quien tenía una expresión nerviosa.

¿Que era todo ese alboroto?

Decidí levantarme e ir hacia mi padre, tan pronto como lo hice llame la atención de ambos.

— ¿Que está pasando, papá?—Dije cruzada de brazos preocupadamente.

El otro hombre de cerca era aún más guapo.

¡Compórtate Park Minhee! deseguro era el enemigo de mi padre.

— Hija, por favor no dejes que nadie te toque, solo estamos resolviendo algo, no te preocupes.—Dijo intentando calmarme dándome una caricia en el hombro.

Pero solo aumentaban mis nervios.

— ¿Es su hija?—La voz ronca y varonil de aquel hombre captó toda mi atención.

— Si, es una joven muy inteligente.—Dijo mi padre serio y con una ligera sonrisa en su rostro.

— Es muy linda.—Dijo y sus ojos se clavaron en los míos, yo sin saber que hacer baje la mirada y di un gracias por lo bajo.

— Sobre la deuda...—El hombre aclaró su garganta.—Debe pagarla.—Dijo cruzado de brazos.

¿Una deuda? ¿de cuánto dinero? dios mío, creo que ahora entiendo porque mi padre siempre me daba regalos después de que salía de la preparatoria.

— Pero es que ya no tengo dinero... no se que hacer, señor Jeon.—Dijo mi padre cabizbajo y nervioso.

Bueno, ahora se que su apellido es Jeon...

Cállate Minhee, ¡ahora eso no es importante!

— Si no puede pagarla yo lo mando a asesinar, así de fácil.—Habló el hombre y mi piel se erizó, mi vena horta estaba por estallar.

— ¡No puede hacer eso!—Exclamé a gritos mientras me ponía entre ambos.

El hombre soltó una risa seca sin nada de gracia y tomó mi muñeca con algo de brusquedad para acercarme a él.

— Mejor cierra esos lindos labios tuyos, ¿quieres hacerme el favor, bonita?—Dijo en un susurro ronco y juré que me iba a desmayar.

Sin decir nada me hice a un lado para no hacer problemas.

— Acabe con mi vida, pero no le haga daño a querida hija, por favor...—Dijo mi padre.

— ¿Que qué? ¿que estás diciendo papá?—Dije asustada y tome su brazo jalandolo como una niña chiquita haciendo berrinche y mis ojos se cristalizados.

𝐌afia's bossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora