Tres veces donde Megumi rogó por ayuda, una donde Dios contestó a su llamado.
"Debes estar loco para pedir eso, pequeño humano".
El Dios dijo por primera vez contestando a su llamado.
"Lo estoy después de que no contestaras estos años, querido Dios"...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La última vez que Megumi llamó a Dios deseó morir.
"Querido Dios, esta vez será la última que llame, no desearé que alguien se quede a mi lado, no desearé que alguien reviva... Mi último llamado será para una inminente muerte". Empezó su vocalización. Megumi arrodillado frente a su cama, sus codos tocando el acolchado, sus manos unidas en forma de respeto y su rostro mirando hacia arriba.
Megumi sentía de nuevo la mirada curiosa pero ninguna respuesta, Megumi sentía todo un peso encima y quería saber si era de su amado Dios o realmente era solamente él alucinando por un salvador.
"Dios, por favor ayúdame... Mátame a mi, mata a todos los que alguna vez se alejaron, mata a aquellos que lastimaron mi cuerpo, mata a cada ser inmaduro que jugó conmigo... Pero procura matarme más cruelmente a mí, yo que pido todo esto". Pidió con su mirada perdida, sus ojos esmeraldas sin vida alguna, no había brillo en ellos, sus largas pestañas hacían ligera sombra bajo sus ojos.
Megumi parecía un muñeco de cristal tallado a mano cada detalle, sus ojos, sus manos, sus uñas, sus piernas, su nariz, su cabello e incluso los cortes profundos en sus muñecas, piernas y cuello. Megumi estaba deseando quitarse la vida y parecía que el Dios arrogante no lo dejaba.
"Tu absoleta divinidad me ayudará por primera vez, porque no has contestado mis llamados eufóricos, entonces hoy te lo exigiré con tranquilidad...". Su voz cada vez más apagada, sus ojos fijos en el cielo tapado por el techo blanco, sonrió tranquilo disfrutando imaginar un poco de sangre que no fuese la suya. "Mata a cualquiera que haya lastimado mi cuerpo".
Entonces escuchó una voz diferente a la suya. "Debes estarlocoparapedireso, pequeñohumano". Escuchó por primera vez la voz suave e hipnotizante de su Dios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
