Un Rebelde Omega

Lobo interior

Jiang Cheng se encontraba en un vacío oscuro, flotando en la inconsciencia. De repente, un suave aullido rompió el silencio. Abrió los ojos y se encontró en un bosque nebuloso, con árboles altos y sombras danzantes. Frente a él, un pequeño lobo, de pelaje gris y ojos tristes, lloraba desconsoladamente.

Jiang Cheng frunció el ceño, extrañado. Nunca había visto a este lobo antes, y menos aún entendía por qué estaba allí. Se acercó con cautela, sus pasos crujían sobre las hojas secas. El lobo levantó la cabeza, sus ojos llenos de lágrimas. Era lamentable.

-¿Qué haces aquí, pequeño?- murmuró Jiang Cheng, arrodillándose frente al animal. Extendió una mano, sin saber si el lobo lo mordería o huiría. Pero el lobo no hizo ninguna de las dos cosas. En cambio, se acercó más, buscando consuelo.

Jiang Cheng sintió una punzada de dolor en su pecho al alzarlo y se fijo bien si el animal no tenía ningún elemento punzante que pudo causarlo. Al final desisto y camino por el bosque sin tener un pensamiento claro de lo que iba a hacer.

¿Tal vez se perdió?

A medida que avanzaba, su cuerpo se sentía extraño, incómodo, como si tuviera un mal presentimiento.

No podía explicarlo correctamente y en unos pocos pasos se detuvo definitivamente, tocandose el vientre.

Sentía un calor creciente en su interior, como si su cuerpo estuviera ardiendo desde adentro. Sus piernas empezaron a temblar y se sentían débiles, como si no pudieran sostenerlo. Además, una sensación de humedad incómoda se extendía por su entrepierna, haciéndolo sentir aún más desconcertado.

¿Agua?¿Se mojo por el rocio?

El lobo interrumpió sus pensamientos aullando con tristeza y Jiang Cheng carició suavemente al lobo, sintiendo su pelaje suave bajo sus dedos. -Tranquilo, estoy aquí - susurró, tratando de calmar al animal. Pero mientras lo hacía, el lobo comenzó a desvanecerse, su forma se volvió etérea, como un espíritu.

Jiang Cheng sintió una conexión profunda, como si el lobo fuera una parte de él. De repente, el lobo lo atravesó.

Despertó con un sobresalto, su cuerpo aún dolía y se sentía extraño. Había una fatiga persistente, como si su energía se estuviera drenando constantemente.

Miró la habitación sintiendo dolor de cabeza. Además, todavía una sensación de inquietud interior lo invadía, como si su cuerpo y mente estuvieran en constante agitación.

Jiang Cheng se levantó lentamente, sintiendo un mareo que lo dejó aturdido. Miró hacia abajo y notó una mancha húmeda en su ropa.

Se angustio y avergonzo de inmediato ¿Se había orinado? No queriendo que nadie lo viera en esa situación entró al baño

¿Qué está pasando?

Se saco sus ropas y de nuevo era extraño. Su piel estaba más sensible de lo normal, y cada roce le provocaba  incomodidad.

Se baño en agua fría, descubriendo un vendaje en su cabeza. Entonces recordó vagamente que había sido golpeado. 

- Problemas - de tan solo pensarlo Jiang Cheng suspiro agotado.

Al final se volvió a acostar y miró el techo de su habitación ¿Cuanto tiempo habra estado inconciente? Justo cuando esa pregunta surgió en su mente una persona entro. Al asustarse cerró los ojos y escuchó a la persona acercarse a la cama.

Cuando la inseguridad le ganó, agarró la muñeca de quién estaba por tocarlo y al abrir los ojos vio una sonrisa tranquila.

QingHeng-jun, el lider de la secta Gusu.