Fate Kingdom

capitulo 4

EL atardecer bañaba de oro el campamento y cada uno de los pinos contrastando con el blanco de la nevada pasada, en señal de la cercanía del cambio de estaciones, el joven asesino se levantó a la orilla del lago, su traje limpio aquella mañana se encontraba manchado de tierra y sangre que emanaba de algunos raspones y heridas que apenas notaba y no sentía, miro de reojo al contrario que se encontraba recargado en el lomo del dragón negro que hacía unos minutos había intentado arrancar más de una de sus extremidades y ahora se encontraba dormitando manso como el rio.

Douglas bostezaba pesadamente con los brazos en su nuca y su flauta al pecho, sin embargo para Aldahir hacía mucho tiempo que el entrenar con otros asesinos del gremio no le era suficiente, y con el grado de dificultad con la que avanzaban las misiones a ese paso, las opciones se reducían a entrenar con los dragones o adentrarse en el bosque dormido en busca de diversión, las alimañas y creaturas hambrientas no sonaba lo suficientemente halagador, o al menos no exactamente, en cambio, dragones adiestrados para matar sin titubear le parecía sin duda mejor opción, asgard, como solía llamar Douglas a aquel ejemplar negro, era un oponente bastante estratégico y sus dientes eran sin duda terriblemente certeros a la hora de atacar y eso haría, no dudaría en atacar a cualquiera que no fuera Douglas, había escuchado de hombres en el gremio ver como algunos novatos salían gravemente heridos incluso hasta muertos accidentalmente a causa del adiestramiento de dragones, devorados fácilmente por ellos antes de que Douglas tuviera el completo control.

Cada año Douglas viajaba a las montañas en busca de nuevos ejemplares, nada que no pudiera domar con su flauta y una técnica que nadie conocía.

Hacia algunos meses atrás, antes que las tropas se movilizaran hacia las orillas de targe había pensado en acompañarlo en uno de sus viajes, para conseguir algunos artilugios y cazar algunas bestias tal vez, pero en dos días habían avanzado más allá de la línea loreana que atravesaba targe y la conectaba con el mar muerto, los dragones de Douglas se quedaban a unos cuantos kilómetros del campamento, los suficientes para escuchar órdenes en caso de necesitar apoyo, y el único dragón que le acompañaba al mismo campamento era asgard, una cría que encontró a medio morir en el bosque, bastante lejos de donde pertenecía, después de unos años lo convirtió en una perfecta máquina para asesinar al servicio del gremio, mataba por nosotros y eso le recordaba al mismo asesino su deber, en ocasiones después de un duro entrenamiento, podía mirar a asgard a los ojos fijamente y verse en ellos no precisamente en un reflejo, no tenía la necesidad de mencionar que era bueno en lo que hacía, había manchado aquellas ropas con sangre tantas veces que no necesitaba escucharlo de nadie, el aroma metálico fresco y pútrido jamás se quitaba del todo y siempre se lo recordaba.

-¿te preocupa algo? O solo volviste a abrir la boca más de la cuenta frente a Galvan- el menor recostado abrió sus ojos fijando sus orbes castaños en el contrario que parecía sumergido en sus pensamientos

-no, pero ahora que preguntas por primera vez en 10 años sobre cómo me siento me has dado una preocupación – se enderezo limpiando inútilmente sus ropas

-no me mal intérpretes, estas alterando a asgard con tu falta de control emocional - respondió sin muchas ganas antes de fijarla vista de nuevo en el lago donde aún flotaban algunos trozos de hielo-

El silencio reino durante un momento antes de que el joven de mirada zafiro rompiera con él.

–estamos cerca del paso de las montañas, si nos desviáramos un par de días podríamos...-

-debes estar bromeando-

-sabes que el rey viaja para ver a los gitanos después del equinoccio, porque no tenderle una emboscada-

-no estas bromeando solo eres idiota-

-solo digo que somos suficientes para poder dormir al ejército imperial antes que crucen la línea del mar de Abarar-