capitulo 2

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-¿Cuanta sangre más vas a derramar? ... –las espadas chocaron haciendo un ruido sonoro, aquellos hombres ancianos se miraron más allá de sus rostros ensangrentados, mientras resbalaba el filo de sus espadas para chocarlas de nuevo al tiempo que rompían jarrones y estatuas a su paso-

-Por qué sigues aquí...-

-¡he venido por lo que me pertenece¡  así tenga que matar a todos en ese infernal lugar- las espadas resbalaron de nuevo y en un rápido movimiento se escuchó un ruido sordo y el sonido de la sangre gotear al piso mientras uno de los hombres caía lentamente con la espada enterrada en el costado- no lo hagas..- decía apenas con aliento mientras la sangre brotaba de su boca manchando su barba y el piso de mármol-

-Esto es mío, me pertenece y lo llevare al infierno junto a ti- su mirada se posaba sobre la cama que parecía quemarse lentamente y sus ojos desorbitados miraron por largo tiempo mientras escuchaba a su rival ahogarse con su propia sangre, en un momento todo se detuvo, el hombre yacía muerto sobre un charco de sangre, detrás de la puerta del gran salón se escuchaba al ejercito intentando derribar la puerta, los arqueros subiendo por la ventana y el fuego que consumía aquella sala-  esta vez...acabare todo – tomo la espada gastada con cierto temblor en sus manos y la alzo sobre la cama mientras que sus ojos se sumergían en una oscuridad interminable- esta vez... -la puerta se abrió y la espada cayo-

 -Despierta...

Aldahir... Aldahir... - la bruma de la mañana era densa y el olor mentolado del bosque fue lo primero que percibió al abrir los ojo tras escuchar su nombre dos veces.

Kilian? –Al mismo tiempo que se levantaba, el joven miro en dos direcciones diferentes alrededor de la tienda  antes de centrar la mirada en los ojos dorados de la muchacha de cabellos largos frente a el – ¿qué estás haciendo aquí?

Es el ocaso Aldahir  - La mujer con ceño fruncido se había dejado caer sobre una pequeña montaña de heno y jugueteaba entre sus manos con una taza de metal vacía- has dormido desde que llegaste esta mañana.

 –  He cumplido con mis tareas, no tiene importancia si quiero dormir hasta el equinoccio-  Él tenía las manos frías y el cabello alborotado, en aquellas mañanas densas, sus ojos se tornaban grises y parecía más pálido que de costumbre, podía notarlo fácilmente, su compañero era hasta cierto punto la persona más cercana a un familiar que conocía, era fácil darse cuenta cuando había cumplido algún deber,  hacía tiempo que no le miraba detenidamente, al menos no de esa manera sus ojos dorados brillaron al detenerse a ver sus músculos marcados,  tenía varias cicatrices, algunos combates, otras marcas de entrenamiento, y las más profundas era difíciles de adivinar.

-Seguirás mirando mi cuerpo, o me dirás a qué has venido-  la sonrisa arrogante que se asomaba por la comisura de sus labios mientras enguantaba sus manos y abrochaba su cinturón  sacaron de trance a la mujer haciendo que soltara un bufido irritada-

-he escuchado que has hecho un buen trabajo en la ciudad de Targe, quería felicitaros y dado que necesitas cazar algo para esta noche,  probablemente te interese saber que Cedric tiene tus armas afinadas y pulidas-

-Ya veo,  pasaré por ellas, antes de adentrarme en el bosque-  termino de atarse las botas y camino hacia la entrada de la tienda, la niebla era densa y apenas se distinguían los demás refugios y la hoguera delimitando el centro del claro del bosque, había hombres y mujeres cargando sus arcos y espadas mientras llevaban consigo la cacería para esa noche, la mujer se posicionó a su lado, relajando los hombros, dejando su mirada ir al fondo del bosque y aspirando la humedad de las lluvias pasadas-

Aldahir...-

-¿Qué ocurre?-

-¿Has tenido pesadillas de nuevo, no es así?-  Él no se sorprendió por la pregunta pero no le dedico mirada a la joven mientras cogía su capa-

-No tendría que evadir esta pregunta si dejaras de espiarme mientras duermo-  dijo de manera cansada –son solo sueños kilian, deje de perseguirlos hace suficientes años-

-y por qué ellos te persiguen a ti-

-En algún momento dejaran de hacerlo- dijo sin estar muy seguro de su respuesta, más que dejar de seguirlos había decidido dejar de darles importancia-

-Qué pasara si no te dejan en paz- la joven tenía cierta preocupación en su mirada,y esta hizo que su expresión perdida luciera en grado melancólica.

- somos asesinos kilian... un par de sueños no pueden tomar tanta importancia, hemos derramado la sangre de más de una persona u animal, las pesadillas solo son gajos del oficio, en todo caso no pienses tanto por tu cuenta.

-Ella dejo salir un imperceptible suspiro antes de devolver aquella mirada despectiva mientras Aldahir colocaba dos dedos en sus labios y silbaba sonoramente-  

-odio a tu pajarraco-  se cruzó de brazos  caminando unos pasos mientras el viento movía sus cabellos y  los pinos, se podía escuchar el natural sonido de las hojas y a lo lejos el chillido de un águila-

-y el té odia a ti-  había extendido su codo esperando al ave posarse sobre él, sin antes pasar cerca de los cabellos de la mujer rozándolos con sus garras antes de sujetarse del brazo de aldahir-

-¡maldito pajarraco!- las plumas blancas del ave tintineaban con el viento aun posada firmemente en el brazo de su amo –kalu, pájaro listo- decía mientras sonreía y daba una porción de carne al ave que inmediatamente desgarro con su pico –

-faltan solo unas horas para equinoccio, te sugiero que te apresures si quieres cazar algo que valga la pena- dijo la mujer al tiempo que comenzaba a caminar hacia una posada con chimenea que dejaba salir humo negro y denso -  no necesitas decírmelo solo necesito mis armas para cazar, te acompañare-

-no, yo las buscare, a ti se te hace tarde- El la miro por sobre las plumas del animal-

-Galván quiere verte...


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