03. Al Filo de una Flecha Aliada.

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Gwen reaccionó al instante. Tomó a Diego de la mano y lo arrastró hacia un rincón oculto entre la chatarra. Ambos observaron cómo los cazadores pasaban de largo, sus pasos pesados resonando en la distancia. Pero Diego, desconcertado, la miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué nos escondemos? —susurró, sin comprender—. Sos demasiado fuerte. Podrías derrotarlos fácilmente, incluso si son muchos.

 Podrías derrotarlos fácilmente, incluso si son muchos

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Gwen bajó la mirada, evitando responder. El miedo no era por ellos, sino por algo mucho más profundo, algo que no podía explicar. Finalmente, murmuró:

—¿Por qué no lo haces tú? —espetó con amargura—. Mientras no seamos Sanguíneos, todos tenemos Habilidades Plasmáticas, ¿no?

El silencio entre ambos se volvió incómodo, sus miradas cruzándose solo por un instante, cargadas de preguntas sin respuestas, de dudas y de secretos no confesados. Diego pareció querer decir algo, pero no pudo, el ruido de sus palabras atrajo la atención de Quinoa, quien no tardó en divisarlos entre la chatarra.

—¡Ahí está! —gritó, alzando su voz sobre el ruido, señalándolos con el arma desde la distancia.

* * *

De inmediato, Krakatoa se plantó frente a Diego, bloqueando su paso con su enorme figura.

—¿Y tú qué? ¿La estás ayudando? —lo desafió, con una chispa de amenaza en la voz.

Diego, manteniendo su arco en la mano, retrocedió con calma.

—No me importa. Peleen entre ustedes —respondió con frialdad, desviando la mirada hacia Gwen.

 Peleen entre ustedes —respondió con frialdad, desviando la mirada hacia Gwen

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El peso de esas palabras cayó sobre ella como una piedra. Gwen sintió una tristeza profunda. Lo había perdido. Estaba sola contra ellos y contra una parte de sí misma que no quería liberar. El susurro de su mente le urgía: «¡Ataca ya! ¡Revélales lo que eres y demuestra tu poder!».

—¡Cállate! —gritó de repente, sin saber si hablaba consigo misma, con Diego o con los cazadores—. ¡Diego, tenemos que pelear juntos! —exclamó con desesperación—. ¡Son tres contra nosotros!

Un Simple Pulso SanguíneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora