Desde mi cuarto escuché el sonido del timbre de manera inoportuna. A pesar de que había pasado todo el día sintiéndome como una mierda, encerrado en mi habitación, ahora venía alguien justo cuando más jodido me sentía...
Como pude, me levanté de la cama y me apresuré hacia la puerta. Al abrirla, me quedé sorprendido por lo que vi frente a mí: era ella, parada ahí, con una pila de libros en sus brazos y una sonrisa ligeramente nerviosa en el rostro.
Me tomó un momento procesarlo, ya que no esperaba verla en mi puerta, especialmente cuando estaba en un estado tan... Deplorable.
"H-hola" respondió nerviosa, explicando por qué estaba aquí y quién la había mandado. Escuché con atención, sin apartar la mirada de ella.
Estaba atrapado entre la sorpresa de verla y el malestar en el que me encontraba. Era como si mi mente procesara la situación lentamente. Asentí ligeramente y, como intentando recuperar el aliento, hablé con una voz algo ronca: "Oh... sí... supongo que estaba un poco indispuesto..."
Me acerqué a la puerta, apoyándome ligeramente contra el marco para aliviar el malestar de estar de pie. Suspiré y me di cuenta de lo desaliñado que debía verme en ese momento. Mi aspecto era un desastre, con el pelo enredado y más pálido de lo normal, pero, por alguna razón, no podía evitar sentir un alivio interno al verla, incluso a pesar de mis condiciones.
"Gracias por... traerme los libros", murmuré sin pensarlo demasiado.
"D-de nada...", respondió nerviosa. Con preocupación en la voz, preguntó: "¿Ya fuiste al doctor?"
Cerré los ojos un momento, apoyando la cabeza en la puerta mientras intentaba formular una respuesta. Su preocupación era palpable, y no pude evitar sentir una punzada de culpa por hacerla preocuparse de esta manera.
"No... No he ido al médico todavía...", respondí con un tono débil. La verdad es que había estado demasiado ocupado sintiéndome miserable como para siquiera considerar ir al doctor.
Noté preocupación en su mirada y me preguntó, con angustia: "¿Necesitas medicina?"
Me toqué ligeramente la frente, sintiendo cómo el frío de mis dedos se extendía por mi piel caliente. Me sentía algo aturdido por la jodida fiebre, y mi visión estaba un poco borrosa.
"No, aún no he tomado nada..."
El jodido resfriado me estaba golpeando fuerte, y lo peor es que ni siquiera había tenido la energía para levantarme a buscar medicamentos en la cocina.
"Es decir, creo que tengo algo en casa... pero no tengo la energía para buscarlo", respondí intentando justificarme. Era patético; ¿realmente tenía que estar así frente a ella? Maldición, odiaba parecer tan débil y patético.
De pronto, unas palabras suyas me sacaron de mis pensamientos: "Si quieres, ve a descansar... yo busco el medicamento por ti. Solo dime dónde está", dijo ella, y me quedé en silencio, percibiendo el tono de preocupación en su voz. Su oferta de ayudarme me tomó por sorpresa, pero al mismo tiempo, sentí un alivio...
Asentí un poco, sin aliento, y cerré ligeramente los ojos, sintiendo un hormigueo en la cabeza debido a la fiebre.
"Está bien...", dije débilmente, señalando hacia la habitación de al lado. "En el armario de la cocina, está lleno de medicamentos y cosas por el estilo..."
Me aparté un poco de la puerta, dejándola entreabierta para que pudiera pasar. Mientras me tambaleaba hacia el sofá, podía sentir cómo mi cabeza palpitaba y mi visión se nublaba levemente.
Me senté con cuidado, sintiendo cómo el dolor se acumulaba en mis músculos por el esfuerzo de caminar unos pocos metros.
Me recosté ligeramente contra el respaldo del sofá, cerrando los ojos y escuchando sus pasos en la cocina. Inconscientemente, mi mente comenzó a divagar de nuevo, pensando en cómo había acabado en esta situación y cuánto odiaba estar tan débil frente a ella...
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❤ 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐜𝐮𝐞𝐥𝐚 (𝐆𝐨𝐭𝐡 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 × 𝐘/𝐍) ❤
Fiksi Penggemar°·.¸.·°¯°·.¸.·°¯°·.¸. Y/N es una estudiante tranquila, para quien la simple idea de trabajar en equipo ya es suficiente para hacer que su corazón lata con nervios. Pero cuando la profesora decide emparejarla en su último proyecto con Peter, el chico...