19. ¿Halagos?

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Estaba durmiendo pacíficamente cuando el ruido de algo vibrando lo empezó a fastidiar. Tenía un enorme dolor de cabeza, y sus ojos dolían mucho por el exceso de luz que cruzaba su ventana.

Estiró torpemente su brazo para tomar el objeto que vibraba pero no lo sintió en ningún lado, así que con pesar comenzó a despertarse o más bien a abrir los ojos. Fue cuando la siguiente imagen lo dejó pensando por unos instantes.

- Hace un ruido bastante molesto apesar de no ser escandaloso.- Alastor sostenía su celular mientras veía el aparato curioso.

...

¡ALASTOR ESTABA SOSTENIENDO SU CELULAR!

- ¡Alastor!.- alzó la voz y se levantó de la cama.

- No es necesario que grites, te puedo oír perfectamente.- se quejó Alastor ante el escándalo.

Vox no entendía porqué Alastor yacía en su habitación, lo que sí sabía es que ayer no había llegado. Ante el amargo recuerdo de anoche, su enojo empezó a aparecer.

- ¿Qué demonios haces aquí? ¿No sé supone que deberías estar cazando demonios y asesinando?

- Es lo que hacía ayer, cuando recordé que iba a verte. Pero cuando llegué, ya estabas dormido.- explicó Alastor.- Me tarde un poco pero al final sí llegué.

- No te creo nada.- Vox se cruzó de brazos resentido.- Eres un mentiroso.

- Bueno, puedes creer lo que quieras. Yo sé que digo la verdad.

- ¡Si es así, pruébalo!.

- Si es lo que quieres.- Alastor se acercó vacilante hasta donde estaba el Alfa, mirándolo con coquetería como era costumbre. Simplemente era la escencia natural del demonio de la radio.- La bonita ropa de dormir que tienes puesto ahora mismo, no creo que hubiera sido adecuada para nuestro encuentro de anoche.

Con cara de desconcierto, Vox se miró así mismo y de lo azul que era su tez en la pantalla, pasó a una roja. ¡Tenía puesto su preciada pijama con imagines de tiburón, que había sido exclusivamente hecha en secreto! Se teletransportó rápidamente al baño de su habitación y se escuchó la burlona risa de Alastor después de eso, haciendo que solo se avergüence más.

- ¡Deja de reírte, estúpido!.- gritó desde el baño.

- ¡Oh, querido! No debes sentirte avergonzado.- le aseguró afuera del baño.- De hecho, creo que esa ropa te hace ver muy apuesto. Se te ve mucho mejor que el traje que normalmente usas.

- ¿Estoy oyendo mal o en verdad el demonio de la radio me está halagando?

- Oh no, no, no. Yo solo digo que deberías hacer tus aburridas presentaciones de televisión con eso puesto. ¿Pero yo, halagarte? Claro que no.- negó Alastor.

- Oh claro, si quiero que todo el maldito infierno se burle de mí, por supuesto que lo haría.- respondió Vox, saliendo del baño para ver a Alastor.- Entonces, ¿Tengo que creer en qué tú me colocaste esto y no yo en medio de mi inconsciencia?

- Por supuesto.- sonrió Alastor.- De todos modos, puedes creer lo que gustes porque me da exactamente igual.

- ¿Eso significa que puedo pensar que me hiciste cosas sucias mientras yo he estado dormido, verdad?

- ¿Perdón?.- Alastor frunció su frente.- Yo no soy como tú, estimado.

Se dedicaron a molestarse mutuamente por varios minutos, mientras que el demonio de la televisión se cambiaba de ropas. Mientras eso pasaba, Alastor le daba la espalda para no detallar la desnudez del contrario, aunque para molestarlo, Vox intentaba colocarse frente a él para que lo vea de ese modo y Alastor huía con los ojos cerrados para no verlo.

Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora