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- ¡Sara! ¿Jugamos Call of Duty?

- Ahora no se me antoja.

- Pero mamá dice que-

-Mamá también te dijo por tres años que Santa Claus era real.

- ¿Así que consideras ficticio el hecho de que haya llegado yo a fastidiarte la vida?

- Tengo un examen importantísimo mañana y debo estudiar.

- Ajá.

Alondra encendió su PlayStation y se puso a jugar sola mientras imaginaba la cara de su hermana en las cabezas de todos los soldados a los que disparaba. No comprendía el genio de Sara, Comprendía que no era justo que Mar hubiera metido a una niña de diez años a la casa sin siquiera informarle y que la diferencia de edad era colosal, pero lo que no comprendía era por qué la tomaba contra ella incluso después de cinco años.

 Pausó el juego y sepuso de pie, cuidando cada sonido, cada paso que daba con sus calcetines negrosen el suelo de loza imitación madera amenazaba con delatarla, pero no lohicieron. Al llegar frente a la puerta de la habitación de su hermana, laencontró medio cerrada y al asomarse se dio cuenta de que ella estaba sentadaen la cama de espaldas a la puerta, haciendo algo que Alondra no podía verclaramente. Su torso estaba encorvado y agitado por la respiración y su blusatransparente revelaba una de las cicatrices que había dejado su accidente cincoaños atrás, sus codos parecían estar apoyados en sus rodillas y su largocabello colgaba por los lados de su cabeza. Verlo le provocó a Alondra unapunzada de envidia y se tanteó su propio cabello negro y corto, que apuntaba entodas direcciones, recortado hacía ya casi un año por doctores en el hospitalgracias a una aneurisma que le habían hallado.     

Sacudió la cabeza para apartar ese pensamiento de su mente y volvió a centrarse en la extraña actitud de su hermana. En ese momento la escuchó murmurando y aguzó el oido.
-Boku no naka ni dare ga iru no?
La canción, que Alondra nunca había escuchado antes, la hizo darse cuenta de que Sara tenía unos audífonos metidos en las orejas, probablemente a un volumen más que inadecuado.
Se acercó y se percató de que Sara se estaba meciendo ligeramente de adelante hacia atrás mientras su canto se revelaba cada vez más nervioso y obsesivo, como si su cordura dependiera de que siguiera cantando.
Al rodearla, al fin vio la gravedad de la situación.
Sentada con los codos en las rodillas, sostenía su teléfono entre las manos con tanta desesperación que sus dedos se habían tornado blancos. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y la canción era un murmullo nervioso y apenas audible.
En el suelo yacía una navaja de rastrillo manchada de rojo y su mirada se dirigió automáticamente a los brazos de Sara, a los que no les había puesto mucha atención.
Alondra salió de la habitación corriendo asustada e intentando no gritar.


NOTA DE LA AUTORA:

Hola :)

Sé que no hago esto mucho, pero necesito informarles de algo y no me gustaría volver a poner una actualización en falso, a mi de por sí me parece que no es algo muy bonito (pero pues a veces no hay otra manera) Así que disculpen si el capítulo es un poco insulso, ya que es más un filler que otra cosa.

Sé que los capítulos son obscenamente cortos (Sobre todo este, hehe), pero prometo que eso se va a acabar dentro de poco, ya que estoy intentando escribir todos los días . Como tengo dos o tres capítulos más en almacén, obviamente tampoco pasan de las dos o tres páginas, pero del diez en adelante trataré de ir haciéndolos más largos poco a poco, divididos en partes con *** (por aquello del suspenso, pue') e intentaré actualizar cada dos semanas
Y sin nada más que agregar al respecto, una pregunta de importancia para la historia:

¿Qué les gustaría que sucediera en la vida de Sara, en cualquier punto de su vida, o sobre qué evento de la vida de Sara les gustaría que entrara en detalle?

Como siempre, gracias por leer.

-L


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