Capítulo 2

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Seonghwa se inclinó hacia delante para poder ver mejor el salpicadero. "Genial", dijo en tono sarcástico. "Justo lo que necesitábamos ahora mismo".

Wooyoung soltó un bufido y se desplomó en su asiento, cruzando los brazos sobre el pecho. Parecía aún más frustrado que antes, probablemente porque necesitábamos parar a cambiar una rueda.

"Yo me ocupo de esto", dijo Yunho, desabrochándose el cinturón de seguridad e incorporándose. "Vosotros quedaos en el coche. Yo arreglaré esto en un momento".

Veo como Wooyoung abre la puerta del coche y sale afuera, aprovechando la oportunidad para estirar las piernas y escapar del ambiente tenso del interior del coche. Él se acerca a Yunho, quien sigue trabajando en la rueda, y se apoya contra el costado del coche con los brazos cruzados.

Seonghwa exhala y abre la puerta del coche, uniéndose a Wooyoung y Yunho afuera. Él se aparta del coche y se apoya contra el maletero, cruzando los brazos sobre el pecho. No puedo evitar notar el suspiro de frustración silencioso que suelta al salir.

Suspiro y me deslizo fuera del coche, estirando la espalda y respirando hondo la brisa de la noche. Me acerco a Yunho y los otros dos chicos, observando cómo Wooyoung sigue lanzando miradas ocasionales en mi dirección.

Wooyoung rompe el silencio con una sonrisa traviesa, "Ey Aera, a ver si me atrapas" dijo en un tono juguetón mientras me guiñaba un ojo. Antes de que cualquiera de nosotros pueda retenerlo, Wooyoung se aleja caminando hacia el campo de maíz, desapareciendo entre las altas plantas de cereal.

Seonghwa se vuelve hacia mí con una expresión preocupada, "¿Puedes ir a buscarlo? Seguro que no irá muy lejos... Yo ayudaré a Yunho. Lleva el móvil por si acaso."

Asiento con la cabeza y saco mi móvil del bolsillo, encendiendo rápidamente la linterna de mi móvil para prepararme para entrar en el oscuro campo de maíz.

La hierba alta del campo de maíz es más alta que yo, y la oscuridad alrededor hace que sea todo más inquietante. El único sonido que se oye es de las briznas de hierba agitándose con la suave brisa nocturna.

Avanzo con cautela entre las plantas, manteniendo la linterna de mi teléfono encendida y tratando de no ponerme demasiado nerviosa. No veo ni rastro de Wooyoung ni de lo que haya ido a investigar, y cada paso que doy me trae más y más al interior del campo de maíz.

Me detengo en la oscuridad y grito en voz baja, tratando de controlar el miedo que crece en mi interior, "Wooyoung...? ¿Estás por aquí...?".

Mis palabras quedan ahogadas por el silencio del campo oscuro. No obtengo respuesta, y el único sonido que escucho es el de mi propia respiración agitada. Continúo avanzando entre las plantas de maíz, luchando contra el creciente pánico que amenazan con abrumarme.

Cada pocos pasos, llamo de nuevo a Wooyoung,sin embargo, solo recibo silencio a cambio de mis llamadas. "Joder, Wooyoung...", maldigo en voz baja.

Me muerdo el labio y continúo avanzando con cautela, teniendo cuidado de no hacer ruido y tratando de mantener la calma. La linterna de mi teléfono ilumina sólo un pequeño círculo frente a mí, lo que hace que el campo de maíz parezca aún más oscuro y extenso.

Por cada paso que doy, el miedo crece dentro de mí. No sé cuánto tiempo me lleva avanzar entre las plantas, pero parece una eternidad en medio de la oscuridad. Finalmente, me detengo en seco cuando creo haber oído un leve sonido adelante. "Woo...?"

Cuando avanzo un poco más, el ruido que había oído se detiene abruptamente. Me quedo quieta, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, esperando escuchar algo más, pero el silencio parece tragarse cualquier sonido en el campo oscuro.

Me sobresalto al sentir una mano que se posa repentinamente en mi hombro, y suelto un grito ahogado de sorpresa. Me vuelvo con un gesto de alarma para ver quién me ha tocado.

Al enfocar la linterna en la cara de la persona que ha puesto la mano en mi hombro, siento una oleada de alivio cuando veo que se trata simplemente de Wooyoung. Él está de pie justo detrás de mí, y en esta luz puedo ver la sonrisa traviesa que tiene en la cara.

"Dios Wooyoung...", dije llevando la mano a mi pecho. "No vuelvas a hacer eso, casi me da un infarto".

Wooyoung suelta una carcajada y se aparta un poco de mí en la oscuridad. "Lo siento, no he podido resistirme. Además..." responde con un tono travieso. Wooyoung saca de entre las plantas una vieja ouija y me la muestra con una sonrisa malévola.

"Mira lo que he encontrado" dice con entusiasmo, agitando ligeramente la tabla de ouija frente a mi cara.

La linterna de mi teléfono ilumina la tabla de ouija, y en la oscuridad del campo de maíz, se ve casi siniestramente. Su sonrisa traviesa y la ouija en sus manos hacen que el miedo que había logrado controlar parcialmente vuelva a invadirme.

"Venga, vamos a jugar con esto", dice, agitando la tabla de ouija bajo la luz de mi teléfono.

Miro con cautela la ouija, aún con mi miedo creciente. La idea de hacer un juego de espiritismo en medio de un oscuro campo de maíz no me atrae en absoluto, pero la sonrisa traviesa de Wooyoung me hace dudar.

"Vamos Aera, será divertido" insiste Wooyoung mientras sigue agitando la tabla de ouija en el aire. "Podemos llamar a los muertos uhh, ¿qué podría salir mal?"

Con una mezcla de temor y curiosidad creciente, finalmente respondo.

"Wooyoung, no sé..." respondo, con mi voz un poco temblorosa. "¿No crees que deberíamos volver con Yunho y Seonghwa?"

Wooyoung niega con la cabeza y se adelanta un paso hacia mí, aún sosteniendo la ouija. "Oh, vamos, ¿la princesa está asustada?." dice con un tono de burla. "Solo es un juego, no nos va a pasar nada."

Me muerdo el labio, aún dudando, pero también tratando de no parecer una cobarde frente a él. Finalmente, consigo reunir el coraje para responder, aunque mi voz continúa un poco insegura.

"Bueno... supongo que podríamos intentarlo. Aunque solo un poco, luego volvemos con los demás."

La amplia sonrisa de Wooyoung se ensancha aún más al escuchar mi respuesta.

"Esa es mi chica" responde con satisfacción. "Venga, siéntate en el suelo conmigo y pongamos esto en marcha".

BELIAL - SAN ATEEZ (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora