Su mirada se volvió fría y llena de malevolencia, la distancia entre nosotros se había eliminado completamente, y su presencia me hacía sentir pequeña y vulnerable. "No me iba a limitar a darle un pequeño golpecito de mierda cuando estaba tocando lo que es mío.", dijo con un tono ronco y serio, lleno de autoridad.
Sus palabras me atravesaron como una daga, recordándome la verdad de lo que san realmente era. Mis labios temblaron mientras luchaba por controlar mis emociones, y las lágrimas no dejaba de caer por mis mejillas.
San levantó una mano y la pasó ligeramente por mi mejilla, limpiando una lágrima de mi rostro. Su toque era sorprendentemente suave, en comparación con su expresión fría.
Su mano se sentía fría contra mi mejilla caliente y húmeda por las lágrimas. Me quedé quieta, confundida por la inesperada sensación de su contacto. Su gesto era gentil, incluso cariñoso, en contraste con la dureza de su rostro y palabras. Sus ojos buscaron los míos, manteniendo contacto visual y estudiando mi expresión. Su mano siguió acariciando mi mejilla ligeramente, su toque estaba lleno de una extraña mezcla de ternura y control.
"No le voy a curar, Aera," dijo San con voz fría. Su mano se alejó de mi rostro, y de repente sentí frío por la pérdida de su contacto.
Sus palabras cortaron a través de la tensión como un cuchillo, y un escalofrío recorrió mi espalda. Mi corazón dio un vuelco en mi pecho, y la esperanza que se había formado se desvaneció de inmediato.
Las lágrimas brotaron de mis ojos de nuevo y las dejé caer, desesperada por la situación. Luché por mantener la calma mientras le miraba, luchando contra el miedo y la impotencia que me invadían. "Por favor... por favor, San", supliqué, con la voz quebrada por la desesperación y el dolor. "No puedes simplemente dejarlo así, tiene miedo y está sufriendo. Tienes que ayudarlo...por favor.".
Suspiró y su expresión se volvió aún más oscura. Su silencio se prolongó, como si estuviera evaluando mi súplica. "¿Y qué gano yo a cambio por curarlo?" dijo, sus palabras sonaron frías y calculadoras.
Mi corazón se hundió al escuchar sus palabras. Sabía que San tenía un precio por su ayuda, pero lo necesitaba desesperadamente. Respiré hondo, luchando contra mi orgullo, y le dije: "Lo que sea que quieras. Haré cualquier cosa".
Los ojos de San se encendieron con una chispa de interés y satisfacción ante mi respuesta. Su sonrisa se volvió maliciosa mientras se inclinaba hacia mí, acortando la distancia entre nosotros aún más.
"Cualquier cosa, ¿eh?" Su voz era suave y peligrosa mientras estudiaba mi expresión, como si estuviera evaluando mi seriedad. "Eso es algo bastante tentador, Aera".
Su proximidad era intensa y abrumadora, y podía sentir su aliento en mi rostro mientras me apretaba contra su duro cuerpo. Su mano se levantó y acarició ligeramente mi mejilla, su toque ligeramente posesivo.
Tomé una respiración profunda, luchando contra mi miedo y mis dudas. "Sí, cualquier cosa. Pero por favor, ayúdalo".
La sonrisa de San se ensanchó un poco más, y sus ojos se iluminaron con un brillo casi salvaje. Su mano izquierda se deslizó hacia abajo, acariciando suavemente mi cuello. "Es un trato entonces, nena", dijo con aprobación.
Su toque me envió escalofríos por la espalda, y pude sentir el peligro y la excitación en su voz. Él había aceptado mi oferta, pero sabía que el precio por su ayuda sería alto.
Sus dedos deslizados suavemente por mi cuello, trazando un camino hacia abajo hasta mi hombro. Su proximidad era tan intensa que podía sentir cada centímetro de su cuerpo cerca del mío. Su aliento estaba cerca de mi oído cuando siguió hablando.
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BELIAL - SAN ATEEZ
FanficSan habló, su voz llena de ironía. "Te gusta tocarla... te encanta tocarla joder." "Apuesto a que a mi también me encanta...", dijo con un tono ligeramente burlón, pero serio. "¿Lo comprobamos?" Belial: En la Biblia en el siglo i, el término Belial...