CAPITULO 5

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Capitulo 5

Rosenfeld-parte2

¿Qué debería haber hecho? ¿Debería haberme acercado y presentarme como un caballero? ¿Debí entonces dejar de compadecerme por ella? ¿O debería haber dejado de repetir en mi cabeza que era igual a mí?
Solo cinco segundos más, y decido marcharme, dejarla en su soledad.

He vuelto, otra vez en el gran salón, rodeado de nobles que solo saben criticar y maldecir. Personas que disfrutan de la riqueza y el poder, que son felices al ver a los pobres debajo de sus pies.

El candelabro... es hermoso, grandioso, si he de admitirlo; debe valer millones de monedas de oro. Con tan solo una pieza podría alimentar a familias enteras y colocar leña en sus hogares.

Ah, ahí viene otra vez.

-Su majestad...

Solo sirvo para esto, para inclinarme a sus pies.

-No estés tan tenso, mañana seremos familia... por cierto... -pude verle dejar su copa y sonreír.

Pero esa sonrisa aterraba.

-No estés tan tenso... Mañana seremos familia -dijo, dejando su copa a un lado y dibujando una sonrisa que, lejos de tranquilizarme, me heló la sangre-. Es un gran paso el que darás. La princesa... ella es mi tesoro, ¿sabes? No quisiera verla preocupada si nota a su futuro esposo tan... tenso. Me disgustaría profundamente verla llorar, y creo que tú, marqués Rosenfeld, comprendes lo importante que es para mí la felicidad de mi hija.

-Le aseguro, majestad, que no he de permitir que la princesa derrame una sola lágrima -sentí cómo sus dedos apretaban fuerte mi hombro. Mi cuerpo se estremeció ligeramente, pero actué con naturalidad.

-Bien, esa es la actitud. Ahora, descansa. Mañana quiero verte fresco y dispuesto a honrar el compromiso que has asumido. Sería una lástima que algo... perturbara la boda -dijo, mientras el mayordomo se acercaba lentamente hacia mí-. Y sobre tu padre... verás, si cumples con tus deberes y no tienes tropiezos en el camino, puedo asegurarme de que su memoria sea reconocida y honrada como corresponde. Quizá, quién sabe, hasta con un título para el fallecido conde. No querrás defraudarlo, ¿verdad?

Esta... esta advertencia, estas palabras... ¿cómo se atreve a mencionar a mi padre? ¿Un título?, ¿otorgar un título a un muerto?, ¿cómo? Maldición, ¿cómo es que las cosas se tornaron de esta manera?

Debo sonreír.

-Le agradezco, majestad. Si me disculpa, he de retirarme. Mañana tomaré el honor de desposar a la princesa y, como dijo su gracia, no deseo perturbarla.

-Bien, eso me agrada. Ahora deja que Williams te guíe.

Pude verlo, mientras el mayordomo me llevaba a mis aposentos, cómo me observaban partir con un rostro lleno de disgusto y malicia. ¿Infeliz? ¿Vacía? ¿Que es igual a mí? No, esa mujer seguramente no se parece a mí. Lo que vi en aquel invernadero era solo una ilusión.

Estaba tan cansado y aburrido que, al llegar a mis aposentos, tomé un baño. El agua estaba caliente, pero mi mente fría y repetía una y otra vez las ásperas palabras del rey.

Sentía cómo, con cada palabra, mi odio se incrementaba. Aun si la joven princesa no tenía nada que ver al respecto, creí que lo mejor sería ignorarla. Por ello, al día siguiente, comencé los preparativos para la boda.

Esperé un tiempo en el altar junto al sumo sacerdote y cerré los ojos. Los murmullos de la nobleza presente resonaban a lo alto y ancho de la capilla. Unos cinco minutos después, todo fue silencio; abrí los ojos al escuchar la música. La mujer que tenía enfrente, la que se convertiría en mi esposa, ingresaba lentamente entre la multitud.

No puedo verla; lleva un bello velo blanco adornado con flores. Su vestido costoso y ostentoso, y un ramo de tulipanes y orquídeas. Ojalá el velo al menos me hubiese dejado ver su rostro; de esa forma, no hubiera hecho lo que hice después...

Al terminar el gran banquete, llegó la primera noche, y no sé el porqué; realmente, en mi mente solo se repetían las palabras del rey.

Ella aún lleva su vestido de novia; se ha quitado el velo, aquel que no me dejaba ver su rostro en la ceremonia, pero no siento nada.

Necesito descansar... esta boda, no puedo.

Mi cuerpo reacciona solo. Fui a los baños; lavaré mi cuerpo con agua fría para calmar mis pensamientos. Mi cuerpo lleno de cicatrices se cubre con el agua, y mi mente vuelve a estar en paz. Tiempo después, envolví la parte inferior de mi cuerpo con una toalla. El agua aún cae de mi cabello a mi torso y ligeramente sobre mi abdomen.

Mierda, olvidé una bata. Ah, estoy harto... de todas formas, saldré. Comencé con paso firme a caminar de vuelta al dormitorio y, cuando la miré, por un momento, por leve momento, me estremecí.

Aun con su mirar constante, mantuve la calma y mi neutralidad. No quería ser tan frío, pero su padre ya me ha hecho tanto daño que mi rabia y dolor se fueron contra ella; mi boca se movió sola.

-No te amo, no ruegues por mi amor. No sé qué es eso, jamás creo poder saberlo. No te tocaré porque, así como tú fuiste obligada a casarte con un monstruo como yo, yo también fui obligado a formar parte de ti. No quiero una esposa, no necesito una mujer. Mientras no me molestes, mientras vivas como una sombra y cumplas con lo que te corresponde, podrás vivir como se te plazca.

Soy un idiota... esto no es lo que yo... Aun así, no parece reaccionar; ya no... ya no importa, entonces dejémoslo como está. Iré a dormir al sofá; de esa forma, no seguiré diciendo tonterías.

Cerré los ojos lentamente y pude notar cómo ahora mi esposa se acercaba a la ventana y miraba al horizonte.

¿No vas a saltar, o sí? No... ella no lo haría... ¿Acaso te dolieron tanto mis palabras? Necesito moverme, pero mi cuerpo pesa, estoy tan agotado que ni siquiera logro mantener mis ojos abiertos...

Ah, ¿ella realmente va a saltar? No... ella ni siquiera está llorando... solo parece estar...

Al cerrar mis ojos por completo, pude descansar. En realidad, hace mucho tiempo no dormía con normalidad, pero tal vez fue todo el asunto del matrimonio que, al dormir, pude soñar con mi madre, un sueño hermoso. Mi padre, sentado a su lado frente a la chimenea, me contaba historias de fantasía. La nieve caía por doquier, pero no hacía frío; solo había calor, un bello y acogedor calor invernal.

Sé que es tonto, pero, con tan solo eso, fui feliz. Incluso logré olvidar que, hasta hace unas cuantas horas, había desposado a una princesa, una cuyo corazón parecía lleno de dolor. Olvidé las noches en vela y el sonido de la cruel guerra.

⛸️⛸️ Pequeña notita de autora ⛸️⛸️

Hola cómo están? Espero les allá gustado este capítulo. Cómo dije no tengo días para subir está historia, más que nada lo subí para tener buena suerte en mis examen, técnicamente manifiesto un 6 jeje.

Y segundo , síganme en Instagram porfavor aceptaré críticas, comentarios , recomendaciones y más jaja porfi . Y gracias por leer 🌺

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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