Capítulo 14

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Me pongo unos vaqueros nuevos que todavía no he estrenado. Son un poco más estrechos que mis
pantalones habituales, pero todavía no he puesto ninguna lavadora, así que no tengo otra opción. En
la parte de arriba llevo una sencilla blusa negra sin mangas con un ribete de encaje en los hombros.

—¡Vaya! Me encanta lo que llevas puesto —dice Ling.
Sonrío mientras ella intenta ofrecerme su lápiz de ojos de nuevo.

—Esta vez, no —le digo al recordar lo emborronado que quedó después de llorar la última vez. ¿Por qué he accedido a volver a esa casa?

—Vale. Hoy vendrá Ciize a recogernos en lugar de Ohm; acaba de mandarme un mensaje para
decirme que llegará en cualquier momento.

—Creo que no le caigo muy bien —digo mirándome al espejo. Ling ladea la cabeza.

—¿Qué? Claro que sí. Es sólo que tiene un poco de mala leche y es demasiado sincera a veces. Y creo que se siente intimidada por ti.

—¿Por mí? ¿Por qué iba a sentirse intimidada? —Me echo a reír. Ling debe de estar confundida.

—Creo que es porque eres muy diferente de nosotros —añade, y sonríe. Sé que soy distinta de ellos, aunque para mí los «raros» son ellos, no yo—. Pero no te preocupes por ella: esta noche estará ocupada.

—¿Con Milk? —pregunto antes de poder refrenarme.
Sigo mirándome al espejo, pero no puedo evitar percatarme de cómo me mira Ling, con una ceja
enarcada.

—No, con Nanon seguramente. Cambia de chico cada semana. Decir eso de una amiga es bastante duro, pero ella simplemente sonríe y se ajusta la parte de
arriba del vestido.

—¿No está saliendo con Milk? Me viene a la cabeza la imagen de las dos liándose en la cama.

—Qué va. Milk nunca sale con nadie. Se tira a muchas chicas, pero no sale con ninguna. Jamás.

—Vaya. —Es lo único que consigo decir. La fiesta de esta noche es igual que la de la semana pasada. El jardín y la casa están repletos de gente borracha. ¿Por qué no me habré quedado en la habitación a mirar a las paredes? Ciize desaparece en cuanto llegamos. Yo encuentro un hueco en el sofá y me quedo ahí sentada durante al menos una hora. Entonces, de pronto, aparece Milk.

—Estás... diferente —dice después de una breve pausa. Recorre mi cuerpo de arriba abajo con la mirada y vuelve a subirla y a fijarla en mi rostro. Ni siquiera se esfuerza en hacerlo con algo de disimulo. Yo permanezco callada hasta que sus ojos se encuentran con los míos—. Esta noche llevas
ropa de tu talla. Pongo los ojos en blanco y me ajusto la blusa, deseando de repente llevar mi ropa holgada de
costumbre.

—Me sorprende verte aquí.
—Y a mí me sorprende haber acabado aquí de nuevo también —digo, y me alejo de ella. No me sigue, pero por algún motivo desearía que lo hubiera hecho. Unas horas después, Ling está borracha de nuevo. Bueno, como todos los demás.

—¡Juguemos a Verdad o reto! —balbucea Nanon, y su pequeño grupo de amigos se reúne alrededor del sofá.
Ciize le pasa una botella de alcohol transparente a Ohm, y él le da un trago. La mano de Milk es tan grande que cubre todo su vaso rojo de plástico mientras da un sorbo. Otra chica con pintas similares a las de ellos se une al juego, de modo que ya son Milk, Nanon, Ohm, su compañero de habitación, Leng, Ciize, Ling y la chica nueva. Estoy pensando que jugar a Verdad o reto estando borrachos no puede traer nada bueno, cuando Ciize dice con una sonrisa malévola: —Tú también deberías jugar, Love.

—Preferiría no hacerlo —contesto, y centro la atención en una mancha marrón que hay sobre la moqueta.

—Para jugar tendría que dejar de ser una mojigata durante cinco minutos —señala Milk, y todos se echan a reír excepto Ling. Sus palabras me enfurecen. No soy ninguna mojigata. Sí, admito que no soy salvaje ni alocada, pero no soy ninguna monja de clausura. Fulmino a Hardin con la mirada y me siento con las piernas cruzadas en su pequeño círculo, entre Nate y otra chica. Milk se ríe y le susurra algo a Ohm antes de empezar.

After - Milklove Donde viven las historias. Descúbrelo ahora