Graviteck, el asesino de corruptos

CAPITULO 5: LA BESTIA LIBERADA

Llegue a los 24 trabajando en el artefacto. Para ese entonces ya entendía los cuadernos de mi padre y hasta agregue los míos. Comencé a probar y probar y cada vez sentía como si, lo tenía... faltaban pocos detalles, pocos ajustes. 

Todo este tiempo comprendí que los intentos de mi padre iban a una dirección que no tenía final, en cambio yo intenté otras direcciones también erróneas, pero al final, pude lograr hacer mi última prueba, que al parecer seria la definitiva.

Cuando estaba amaneciendo, me había quedado dormido en la mesa de trabajo. Cuando desperté el artefacto estaba apagado y apuntando a unos objetos que tenia de prueba. Me había acordado de que la noche anterior había completado una teoría, pero no llegue a ponerlo a prueba debido a mi cansancio.

Me lavé la cara y luego de tomarme un vaso de agua, decidí poner a prueba mi teoría número 41. Asi que me coloque el artefacto en la muñeca, lo prendí y apunte a un salero que tenia de prueba. Lo ajuste un poco y luego de concentrarme un poco... funciono.

Note como el artefacto comenzó a vibrar un poco y de pronto el salero comenzó a levitar. Estaba completamente sorprendido, el artefacto de gravitación había funcionado. Levante mi brazo un poco más y el salero seguía mi movimiento. 

Baje la potencia de atracción y el salero cayo de repente haciendo un ruido que hiso despertar a mi padre. Carajo.

Continue con el artefacto, decidí probar más cosas con los ajustes, eleve la potencia y área del artefacto y de un movimiento expulse el salero lejos y hasta moví el mueble que estaba más al fondo. Al parecer ya comprendía muy bien el poder de esta cosa y me gustaba mucho, por no decir demasiado.

Era simplemente increíble, no podía creerlo. Desconecte todo y me quede mirando el artefacto en mi mano, después de todo este tiempo, por fin lo había logrado y ahora era momento de mostrárselo a mi padre, para demostrarle que su hijo lo pudo lograr.

Como había despertado a mi padre, este me grito desde su cuarto que le haga él desayuno y que le prendiera la television.

Entonces emocionado por lo anterior intente preparárselo rápido. Simplemente le prepare el café y un pan con queso y jamón solo eso y ya.

Al entrar a su cuarto, mi padre se le veía un poco molesto, pero eso era tipico de él, le prendi la television justo en las noticias y luego le prepare el café a un costado. Mientras hacia eso, decidí contarle lo que habia logrado.

A: Papa ¿recuerdas el artefacto con el que tanto estabas trabajando? ¿Recuerdas?

Mi padre no me presto atencion y en vez de oirme solo subio el volumen de la tele. Idiota, entonces luego de ponerle el café en su mesa, agarre el artefacto y me lo puse, para luego mostrarselo en frente de él.

A: Papa, por fin, lo... lo logre, el artefacto del que tanto trabajaste logre repararlo-  dije nervioso.

Quítate que me tapas- me respondió.

Me movi de donde estaba y agarrando un vaso, me puse a un lado para mostrarle que funcionaba. Coloque el vaso en su mesa, ni siquiera me estaba observando solo miraba su taza de café para beberlo, pero sabía que en cuando lo viera con sus propios ojos se sorprendería.

A: Mira, papa... mira, después de tantos intentos por fin, por fi pude... pude...

... Pude darme cuenta, de que en ese instante había acabado todo... mi última esperanza se fue a la mierda. 

Mi padre bebio del café y luego de unos segundos, en el momento en que estaba distraido. Me arrojo su taza de café en la cara con fuerza y caí al suelo adolorido. 

¡Eres una mierda! ¡No sabes ni hacer una maldita taza de café! ¡Pedazo de mierda! Anda ¡Preparame otro maldito café! 

Abrí mis ojos en el suelo y noté los fragmentos de la taza con manchas rojas que goteaban desde arriba, aparte de eso el café me como una parte del cuerpo. Me toque la ceja y note que estaba sangrando y lo peor de todo es que el café le cayó al artefacto que tanto me costó hacer.

Ahora lo entiendo... este era el momento en donde se desataba algo dentro de mí. Algo que tenía guardado desde hace mucho tiempo comenzó a salir, sentía como si fuese un monstruo, pero eran todas mis emociones negativas despertando, todo el rencor que estube soportando durante años hacia él, todo se estaba liberando, estaba tomando en control de mi ser y ahora cobraría venganza.

Hijo de... ¡Hijo de Puta! ¡Todo lo que quería era tu aprobación! ¡Maldito imbecil! -Le grite aun en el suelo.

Padre: Tu jamás tendrás mi aprobación, ahora has el maldito caf...

De pronto me levante y le apunte con el aparato un poco averiado, cosa que hiso que toda su mesa le cayera en la cara, incluyendo el cuchillo que tenía en su mesa que se incrusto cerca a su cuello. Mi padre en desesperación intento quitárselo, pero yo no me detuve y con el artefacto aumente la intensidad como pude, con mucha colera y rabia, empuje más el cuchillo haciendo que le perforara toda la garganta y comenzará a salirle mucha sangre.

Mi padre intento decirme algo, pero no podía hablar, intentaba taparse la garganta con sus manos. Me quede unos segundos viéndolo, como agonizaba, como agarraba las sábanas para cubrirse, pero era inutil, en cuestión de segundos su cama se tiño de rojo al igual que sus manos, las sabanas y toda su ropa.

Baje la intensidad del artefacto y apunte hacia el cuchillo para tomarlo, el cuchillo comenzó a levitar poco a poco y se acercó a mí. Entonces lo tome y pase mi dedo por esta, observando la sangre en mi piel. En unos instantes me acorde de aquel pajaro que mate cuando era niño.

Al principio no quería, pero tras recordar todo lo que había vivido, todo lo que había sufrido, tenía que desquitarme con ese animal, quería hacerlo. 

Bueno, pues creo que ahora va a pasar exactamente lo mismo, pero mucho peor, porque este no era inocente.

Al parecer la bestia había sido liberada, después de tantos años de tortura y sufrimiento, ahora me sentía libre de hacer lo que quisiese y lo primero que haría seria, acabar con mi padre.

No sabes cómo disfrutare esto- le dije a mi padre mientras me subía a su cama.

Y entonces comencé a apuñalarlo varias veces y con mucha fuerza, mientras lo hacía recordé todos lo que él me había hecho, todos los golpes e insultos, todo el maltrato. Ahora yo era el abusador y nada mejor que dejar todo su cuerpo lleno de sangre... yo también estaba empapado en eso, pero no podía parar... como dijo él...

...el sufrimiento, es el mejor castigo.