Capítulo 8: La Casa de Fem Parte 8
El sol se hundía sobre Montecarlo, proyectando largas sombras que se extendían por las calles vacías y los edificios silenciosos. Una brisa soplaba perezosamente, trayendo el olor salado del Mediterráneo, un breve respiro en la atmósfera cargada entre Shirou y Jester. Se quedaron uno frente al otro en la luz que se desvanecía, rodeados de silencio, el mundo más allá parecía casi demasiado distante, demasiado distante. Era como si estuvieran encerrados en su propia burbuja, un espacio donde solo existían dos fuerzas opuestas.
Shirou podía sentir el corazón latiendo con fuerza en su pecho, aunque su rostro permanecía tranquilo. Sus ojos no se apartaban de Jester, estudiando cada tic, cada cambio sutil en la postura, evaluando cómo se movería su oponente. Jester, por otro lado, permanecía inmóvil de forma poco natural, luciendo esa misma sonrisa desconcertante, su postura relajada de una manera que parecía casi despectiva a pesar de las heridas en su cuerpo.
—Entonces, ¿solo nosotros? —reflexionó Jester, con un tono lleno de burla—. Qué valiente de tu parte enviar lejos a tus aliados. Aunque supongo que es apropiado que un caballero se enfrente solo a la muerte.
La expresión de Shirou permaneció tranquila, imperturbable. "Si crees que puedes salir airoso de esto, estás equivocado", respondió, con un tono frío como el hielo. "Lo único que te espera al final de esta pelea es la línea de meta".
Jester se rió de nuevo, con un sonido hueco y chirriante. —Qué confianza tienes. Pero verás, no soy tan fácil de matar. —Avanzó, aunque más lento que su velocidad habitual; el peso de sus heridas claramente le estaba pasando factura. Sin embargo, incluso en su estado de debilidad, había una determinación aterradora en sus ojos, una resolución que parecía imposible de romper.
Shirou lo observó atentamente, con todos sus sentidos alerta, sabiendo que las palabras de Jester eran más que una valentía. Estaba tratando con un oponente que había sobrevivido contra todo pronóstico, que había logrado salir de la muerte y que no dudaría en usar cualquier medio necesario para lograr sus retorcidos objetivos.
Jester luego toca la marca roja brillante en su pecho que se asemeja al cilindro de un revólver, giró la marca roja donde estaba la posición del cilindro que contenía un buen corazón justo en su pecho izquierdo.
Shirou entrecerró los ojos mientras observaba, sus instintos le gritaban que esto no era solo una farsa. No sabía exactamente qué era el dispositivo, pero cada fibra de su ser le decía que era peligroso. Mortal, incluso.
—Mirad con atención —se burló Jester en voz baja, casi un susurro—. Dejadme mostraros quién soy en realidad.
Con eso, le dio a la cámara un giro rápido y decisivo, la acción acompañada por un clic suave y mecánico que pareció resonar en el silencio. Shirou se preparó, sintiendo que su pulso se aceleraba mientras mantenía sus ojos fijos en Jester. Pudo sentir el cambio casi de inmediato. Hubo una repentina oleada de energía, algo oscuro y retorcido, que emanó del pecho de Jester y se extendió hacia afuera en ondas espesas y pulsantes.
Un gruñido bajo escapó de los labios de Jester cuando su cuerpo comenzó a cambiar. Su forma pareció ondularse, su piel adquirió un brillo extraño e inquietante a medida que su figura comenzó a transformarse. Era como ver a una persona mudar su piel, cada movimiento fluido pero antinaturalmente suave. Los años parecieron desvanecerse, las líneas de la edad y el desgaste desaparecieron de su rostro, reemplazadas por algo más joven, más afilado y mucho más letal.
Sus ojos brillaron con una luz peligrosa, su sonrisa se transformó en algo siniestro mientras se enderezaba, erguido, más confiado. El cambio fue sutil, pero palpable, una transformación no solo en apariencia sino en presencia, en aura. Donde antes había habido una energía retorcida pero contenida, ahora había una malevolencia desenfrenada, algo que irradiaba pura amenaza.
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Fate: El Falso Innovador
ActionShirou Emiya ha decidido abandonar sus ideales y sueños de convertirse en un Héroe de la Justicia y ha condenado al mundo entero con tal de salvar a su hermana pequeña, Miyu, de su cruel destino. Sin saberlo, su acción ha atraído la atención del seg...