SIN REFUGIO | Zona Z #1

CAPITULO 18

Estamos de rodillas frente a Jack, cada uno con un hombre detrás, apuntándonos directamente a la cabeza. El frío cañón del arma presiona contra mi nuca, y puedo sentir cómo el miedo se enrosca en mi estómago. Delante de nosotros, Jack se pasea lentamente, observándonos con una sonrisa cruel y burlona. Su expresión es una mezcla de diversión y satisfacción, y cada palabra suya está cargada de un desprecio que apenas puede disimular.

Jack se detiene frente a Derek y se inclina, mirándolo con frialdad. —Mira, Derek, lo que siempre quise decirte... —Su voz es apenas un susurro—. Nunca me caíste bien. Siempre creíste que tenías el derecho de estar al mando, de decirme qué hacer, de tratarme como si fuera tu perro faldero. —Ríe, y ese sonido me revuelve el estómago—. Pero eso se acabó. Ahora, tus hombres... —mira a su alrededor con una sonrisa irónica—, ellos son leales a mí. Yo soy quien manda aquí.

Derek levanta la cabeza y lo mira con un desprecio que rivaliza con el de Jack. —¿Crees que esto te convierte en alguien poderoso? Solo eres un traidor, Jack. Y sabes tan bien como yo que el respeto no se obtiene a base de miedo.

Jack sonríe, como si esas palabras no le afectaran en absoluto. —Ay, hermano... Si quieres respeto, puedes quedarte. Incluso te ofrezco la oportunidad de quedarte bajo mis condiciones, claro está. —Hace una pausa, disfrutando el momento—. Pero trabajarás para mí. Seguirás mis normas y harás lo que yo diga.

Siento cómo la rabia se arremolina en mi interior y antes de poder detenerme, murmuro: —Matt y yo no nos quedaremos. Solo vinimos a acompañarlo, pero nos dirigimos al hospital.

Jack suelta una carcajada que me hiela la sangre. —¿El hospital? —repite con sarcasmo—. Ya fuimos allí hace días. Está vacío, como todo lo demás.

Un escalofrío me recorre el cuerpo. ¿Está mintiendo? ¿O dice la verdad? El pánico amenaza con apoderarse de mí, pero mantengo una expresión serena, sin dejar que los otros vean el torbellino de emociones que se desata en mi interior. ¿Qué significa eso para Lara? ¿Realmente está en peligro? Matt, percibiendo mi inquietud, me aprieta el hombro, tratando de tranquilizarme.

—Podéis quedaros a cenar —continúa Jack, como si nuestra conversación anterior no le hubiera afectado en lo más mínimo—. Así os hago sentir bienvenidos. Derek, ¿tú también te quedas?

Derek no responde de inmediato, pero puedo ver en su mirada que está tan tenso como yo. Finalmente, Jack hace un gesto hacia sus hombres y les ordena que bajen las armas.

—Pueden salir. Derek, tú y yo tenemos que hablar a solas —dice con una sonrisa forzada.

Matt y yo nos levantamos y salimos de la habitación en silencio, sintiendo el peso de las miradas de los hombres de Jack, que parecen analizarnos con desconfianza. Descendemos a la planta baja, donde algunos hombres están organizando alimentos y contando las armas. Los ojos de todos siguen cada uno de nuestros movimientos.

Matt me susurra cuando estamos fuera del alcance de oídos indiscretos. —Joder, qué tensión... Pero noto que mi mente sigue atrapada en lo que dijo Jack sobre el hospital.

—Ha dicho que está vacío... Eso significa que... —mi voz se quiebra un poco, y Matt me observa con compasión.

—No significa nada, Tessa. Ellos han estado saqueando sitios por recursos. Probablemente se refería a eso. Además, Lara podría haber encontrado la forma de escapar. —Me da una mirada llena de determinación—. Mañana iremos al hospital y lo comprobaremos nosotros mismos. Ya es casi de noche, no podemos salir ahora. Necesitamos descansar, ¿vale?

Asiento, tratando de no dejarme consumir por la preocupación. Antes de que pueda responder, dos figuras se acercan a nosotros: Nick y Sara, las personas que antes parecían cercanas a Derek. Se presentan, y noto que hay una inquietud latente en sus miradas.