Capítulo 2: La Primera Chispa

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Todo cambió un martes por la tarde, durante la clase de matemáticas. Amanda estaba sentada en su lugar habitual, en la última fila junto a la ventana, intentando no llamar la atención. Su compañero de escritorio, un chico de su clase que solía hacerle bullying, había decidido "hacerle una broma". Le tiró una hoja de papel arrugada, justo sobre su cabeza, riendo junto a su grupo de amigos. Amanda intentó ignorarlos, pero el chico no se detuvo.

"¿Qué pasa, Miller? ¿No vas a llorar?", dijo el chico, con voz burlona.

Amanda, sonrojada, no contestó. Cerró los ojos, esperando que el momento pasara. Fue entonces cuando escuchó una voz que la hizo levantar la cabeza.

"¡Basta, Andrew!", dijo Alex, su voz firme, casi autoritaria. "¿Te crees gracioso molestando a una chica?"

Amanda lo miró sorprendida. Alex estaba de pie junto a su escritorio, mirando al chico que la había estado molestando. Ella no podía creer lo que veía. Alex, el chico al que nunca había imaginado ni rozar, estaba defendiéndola. Andrew, el matón de la clase, no dijo nada más. Siguió con la cabeza agachada, evitando el contacto visual con Alex.

"Si vuelves a hacerle algo, te juro que te arrepentirás", dijo Alex, con una mirada desafiante, antes de regresar a su asiento.

Amanda se quedó en silencio, sus mejillas rojas de vergüenza, pero también de gratitud. No podía dejar de mirarlo. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué la había defendido?

"Gracias", murmuró finalmente, sin estar segura de si él la escuchaba.

Alex la miró brevemente, sus ojos verdes brillando con algo que Amanda no entendió en ese momento. "No es nada", dijo, sin más. Se volvió hacia el frente de la clase y no volvió a mirarla hasta que la campana sonó al final de la clase.

Corazón InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora