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Un calor que iniciaba en la boca de su estómago inundaba el cuerpo de Jimin, después de salir de la sala donde estaban reunidos todos viendo el último video de Suga. Esa canción no salía de su cabeza, ni de ninguno de sus sentidos; la verdad es que la había escuchado incluso antes de su lanzamiento oficial, pero cuando vio el video con la edición final, sintió que se le erizaba el pelo de la nuca.

No por lo contestataria de la canción, ya que estaba habituado al estilo rebelde de Yoongi, sí no por la forma en que esas dos partes de un mismo ser se mostraban ante él. Siempre le había parecido interesante que quisiera mostrar una parte más íntima, separada del idol. Así que esta forma lo había sorprendido de sobremanera; todo el simbolismo era muy interesante para él y además no podía negar lo atractivo que se veía.

La visión de ambas versiones de su hyung ponía en su cabeza pensamientos muy poco aceptables. No es que no los hubiera tenido antes, la verdad, porque para él, Yoongi era un hombre muy guapo, siempre envuelto por ese halo de misterio a pesar de sus sonrisas dulces y divertidas. Siempre lo imaginaba lleno de secretos y deseos, que a él le gustaría descubrir. Además, debía admitir que no era la primera vez que se descubría fantaseando ante la idea de que se sentiría tener las manos de su compañero recorriendo su cuerpo y mirándolo con esos ojos oscurecidos de deseo.

Obviamente no reconocería algo así ante nadie, pero tenía muy claro en su mente que Min Yoongi despertaba oscuros deseos en él y este video había llegado para perturbar aún más sus sentidos.

Esta dualidad que se le presentaba alteraba partes de él que creía ocultas y el deseo de probar que tan bien se sentiría ser tomado por Agust D, que se mostraba tan duro e imperturbable, y lograr obtener de él, aunque sea un gemido, hacía arder sus entrañas. Su imaginación realmente le jugaba malas pasadas. No es que tuviera experiencia sobre lo que significaba estar con un hombre; realmente no sabía nada, pero algo en su interior le decía que si esa experiencia venía de las manos de Suga o cualquiera de sus versiones, sería algo digno de recordar.

Al llegar finalmente a su habitación y tirarse en su cama, mientras todos los demás seguían en el comedor, Jimin se había quedado mirando el techo sin lograr conciliar el sueño a causa de todos los pensamientos que lo embargaban. De forma automática tomó su teléfono y buscó el video una vez más, sabiendo que con eso solo lograría alterarse, generando latidos erráticos en su ya muy agitado corazón. No se dio cuenta de cuántas veces Haegeum resonó en su teléfono antes de caer en un sueño intranquilo. 

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