Prólogo

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El amor es... un laberinto de emociones, un camino tortuoso lleno de alegrías y desilusiones. Un sentimiento tan poderoso que puede unir almas y, al mismo tiempo, destrozarlas. Para mí y Gunmgi el amor fue un faro en la oscuridad, una promesa de un futuro juntos. Pero la vida, con su cruel ironía, nos separó, dejando una herida profunda en nuestros corazones.

Dicen que cuando amas algo tienes que dejarlo en el momento en que las cosas ya no funcionan, en el momento en que te das cuenta el daño que causaste en ella. Amar es dejar ir, decía Gunmgi. Pero no lo creo, la persona que te ama te busca de mil maneras razones para quedarse y otras mil por si las primeras fallan.

Quizás tenía razón en parte. Amar implica aceptar que las personas cambian, que las circunstancias evolucionan y que a veces, por más que queramos, no podemos mantener lo que alguna vez fue. Sin embargo, el amor no es solo una ecuación de pérdidas y ganancias. Es un sentimiento complejo, lleno de matices y contradicciones.
¿Y si el daño causado es reparable? ¿Y si el deseo de quedarse es más fuerte que el miedo al dolor? ¿Quién puede establecer un límite claro entre el amor y la obsesión? A veces, aferrarnos a alguien a quien amamos puede parecer una locura, una batalla perdida de antemano. Pero también puede ser un acto de valentía, una demostración de que el amor es capaz de superar cualquier obstáculo.
El amor es un juego de azar, una apuesta arriesgada. Y como toda apuesta, puede salir bien o mal. Pero lo importante no es ganar o perder, sino haber jugado con todas las cartas sobre la mesa. Porque al final, el mayor arrepentimiento no es haber amado demasiado, sino haber dejado de amar demasiado pronto...



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² Your are my life/ Hilos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora