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Era una mañana fresca, el sol pegaba justo donde se encontraba la silla en donde Minho reposaba y aún que era un sol brillante se podía sentir el frío acogedor en todo el departamento. Y aún que Minho no podía observar lo brillante que era el sol por la mañana aún podía sentir el sol pegar en su cuerpo y al mismo tiempo sentir la frescura de un frío invernal acogiendo su pequeño hogar.

Ya había pasado al menos cuatro días desde aquel acontecimiento traumático en el que Jisung había perdido la vida, hoy su madre había regresado a casa a darse un baño y a arreglar algunas cosas con sus empleados en la tienda de convivencia de la que era dueña, así como también Felix había salido a comprar algunas cosas que ocuparía para su tesis y aún que Minho no hablaba mucho estos días, la soledad le pesaba era tanta la tristeza que sentía en su débil cuerpo que no tenia la fuerzas para seguir sobreviviendo, aún que no podía acabar con su vida, por muchas ganas que tuviera de dejar de vivir no podía dejar sola a su madre, ella ya solo dependía de él y ese era su único motivo para permanecer vivo. Sin embargo los pensamientos intrusivos no faltaban en atormentar su mente y alma cuando se encontraba sólo.

Minho trataba espantar sus pensamientos mientras esperaba a la persona que se dedicaría a cuidar de él mientras Félix y su madre no pudieran hacerlo. Absorto en sus pensamientos perdió la noción del tiempo no sabía cuánto había pasado desde que su madre salió y quedó en espera de la persona que estaría a su cuidado; cuando un olor amaderado penetro sus fosas nasales.

- Así que eres nada más y nada menos que el auténtico Lee Minho- un voz grave pero no brusca, si no cálida llamó su atención. El castaño se limito hacer un leve asentimiento con la cabeza, este era para él un momento frustrante pues quería conocer el rostro de esa voz calida y que le brindaba un ligero sentimiento de comfort - parece que no te apetece hablar conmigo y tampoco te obligaré - se rió para si mismo - me gustaría conocerte más, pero si tú no tienes intención de formar un vínculo por lo menos amistoso tratemos ser cordiales ambos - su voz se convirtió más dura, sin embargo seguía siendo amable - Mi nombre es Chan o Chris, como quieras llamarme y estaremos juntos veinticuatro siete - de nuevo estaba ese tono cálido en su voz.

- Te agradezco - fue lo único que pudo pronunciar el castaño y Chan fijo una sonrisa complacida en su rostro. Era un gran problema que Minho no pudiera ser testigo de su adorable hoyuelo marcado en esa mejilla sonrojada.

Mientras la tarde pasaba el sol terminaba de recorrer los ventanales y el frío se comenzaba a sentir en el apartamento . Chan recién llegado alistaba sus cosas en la misma habitación de Minho pues el apartamento solo contaba con una habitación y debido a que el castaño no podía estar solo desdé que perdió la vista el tener que compartir la habitación no sería un problema tan grande.

Minho estaba recostado en un sofá de la sala mientras escuchaba a Chan mover cosas en su habitación, pero el castaño no tenía preocupación, el ya sabía que esto pasaría si no era con él sería Felix o su madre mudándose al apartamento para tener un cuidado exhaustivo sobre él. El castaño perdido en sus pensamientos un tanto adormilado pudo sentir una presión sobre sus piernas y en ese momento pensó que se trataba de Chan su cuidador, pero ese pensamiento se esfumó de su mente cuando un aroma a flor de dalia justo las flores favoritas de Jisung inundaron sus fosas nasales.

Y aún que no podía ver nada, todo era peor que obscuridad, simplemente no veía nada, pero si podía verlo a él recostado en sus piernas y sonriendo esplendorosamente, sus mejillas sonrojadas, estaba lleno de vida.

-Te extrañe - su voz retumbó con fuerza en sus oídos. Era su voz.

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⏰ Última actualización: Nov 14 ⏰

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